La gran estrella de la gimnasia mundial Simone Biles conquistó el título olímpico de suelo, y se va de sus primeros Juegos con 4 oros y 1 bronce, igualando el récord de otras 4 gimnastas legendarias, aunque sin superarlo, como era su ambición antes de llegar a Río 2016.
La plata fue de nuevo para la también estadounidense Alexandra Raisman, defensora del título y segunda en el concurso individual, mientras que el bronce se lo llevó la joven británica Amy Tinkler.
Con 19 años, un talento arrollador y más títulos mundiales que nadie (10), Biles agrandó su leyenda en Río de Janeiro con el oro en el concurso general, por equipos, en salto al potro y en suelo, solo deslucido el lunes por su bronce en la viga de equilibrio.
La Arena Olímpica abrió la competición femenina hace nueve días, esperando solo por ella, y la cerró ayer celebrando en pie, a cada salto y contoneo de su cuerpo al ritmo de samba, a la mejor gimnasta del mundo.
Como si nada hubiera pasado la víspera, Biles se lanzó de comerse el tapiz; lo hizo suyo, con su increíble explosividad y acrobacias que vuelan más alto que ninguna.
Este prodigio, que apenas mide 1.45 m cuando tiene los pies en el suelo, pero que se dispara cuando salta, ya formaba parte de la historia de este deporte desde que irrumpió en el circuito profesional, hace 3 años, para revolucionarlo todo.
Con los cuatro oros de Río ingresa por la puerta grande en la historia de la gimnasia olímpica. Su reino no tiene fronteras.
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