El brasileño Joao Havelange, expresidente de la FIFA que modernizó y masificó el futbol en el mundo, pero cuyo legado fue empañado por severas acusaciones de corrupción, falleció ayer a los 100 años, según confirmó a la AFP Andresa Feijó, portavoz del Hospital Samaritano de Río.
Havelange fue el primer no europeo en presidir la FIFA y estuvo en el cargo casi un cuarto de siglo, de 1974 a 1998. Durante su gestión transformó de pies a cabeza la institución.
También tuvo un papel clave para conseguir que Río de Janeiro fuera elegida como sede de los actuales Juegos Olímpicos, los primeros en Sudamérica, que culminarán el 21 de agosto, y que Brasil acogiera el Mundial de Futbol de 2014.
“Nuestros pensamientos están con la familia y los amigos de Joao Havelange en este momento triste. El Comité Olímpico Internacional (COI) ha dado su aprobación a un pedido del Comité Organizador Río 2016 para permitir que la bandera brasileña ondee a media asta durante el día en las instalaciones olímpicas”, confirmó el COI en un comunicado.
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, afirmó que el deporte mundial perdió a uno de sus más expresivos líderes; mientras Joseph Blatter, quien reemplazó a Havelange a la cabeza de la FIFA en 1998 hasta su suspensión del cargo en 2015, dijo que transformó el futbol en un lenguaje universal.
Una máquina de hacer dinero
Con Havelange, el futbol dejó de ser solamente un deporte para convertirse en espectáculo de multitudes y en uno de los programas televisivos más rentables.
“Convirtió a la FIFA en una potencia formidable y en una gran plataforma para hacer negocios, y luego usó el mismo modelo en el futbol brasileño”, dijo a la AFP Juca Kfouri, un conocido analista deportivo de Brasil.
Kfouri dijo que Havelange dio la apariencia de democratizar el futbol para combatir lo que veía como el eurocentrismo de la FIFA. Prometió a países africanos y asiáticos que serían incluidos en la Copa del Mundo, creó la Copa del Mundo Femenina, la Copa del Mundo de Futsal y los Mundiales Sub-17 y Sub-20.
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