Dos veces se retiró y dos veces volvió a subirse a la bicicleta. En Londres se convirtió en la ciclista de más edad en ganar un oro olímpico. Nadie contaba con ella para Río pero, a los casi 43 años, Kristin Armstrong le ha puesto el broche dorado a una carrera de leyenda.
“¿Cuando has estado dos veces en la cima del deporte, por qué arriesgarlo todo por una medalla de oro? La mejor respuesta que puedo dar es porque puedo”, dijo emocionada tras cruzar la meta en los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica.
Vencedora en Pekín-2008 y Londres-2012, la norteamericana no sólo pulverizó su récord como la ciclista más veterana en ganar una presea dorada sino que se convirtió en la más laureada en la ruta.
En la capital inglesa ganó el título con 38 años y 356 días, este miércoles lo hizo con 43 menos uno.
Con tres oros, Armstrong batió a la holandesa Leontien Zijlaard-Van Moorsel (2000, 2004) y al ruso Viacheslav Ekimov (2000, 2004) como la mejor de la historia en una misma disciplina en ruta, poniendo el broche perfecto a una carrera de leyenda.
Con una velocidad media de 40,099 km/h, la estadounidense cruzó la línea de meta con rostro de sorpresa. Se cuadró, miró la pantalla de tiempos, su cerebro tardó en interpretarlos y, unos segundos después, al darse cuenta de su gesta, se tiró al suelo y se echó a llorar. Era la mejor culminación a una carrera de casi dos décadas.
Su primera pasión estaba en la piscina. Perfeccionista del estilo de espalda, diplomada de Ciencias en filosofía deportiva por la Universidad de Idaho, fue incluso instructora de natación. Nada hacía indicar que, casi 20 años después, se coronaría en Rio como la ciclista en ruta más condecorada de todos los tiempos ex aequo con Zijlaard-Van Moorsel.
Confundida a menudo con la exmujer de Lance Armstrong, quien también se llama Kristin, la originaria de Memphis decidió dedicarse profesionalmente al ciclismo bastante tarde. No en vano, ella quería triunfar en triatlón pero, en 2001, su sueño se truncó de golpe.
Armstrong fue diagnosticada con artrosis a los 27 años, viéndose obligada a renunciar a su carrera de triatleta. Optó por centrarse entonces en la bicicleta, una decisión que con el tiempo se ha revelado más que acertada.
En los Panamericanos de 2003 se colgó el bronce en la contrarreloj y, de ahí, al estrellato. Cuatro campeonatos de Estados Unidos de velocidad (2005, 2006, 2007, 2015), dos de ruta en su país (2004, 2007), dos Mundiales contrarreloj (2006, 2009) y tres oros olímpicos lo atestiguan.
En Rio el día comenzó gris y lluvioso. Con mucho viento. Se avecinaba tormenta. Armstrong cedía tiempo con la rusa Olga Zabelinskaya en el segundo punto intermedio pero había sido la última en largar, sería la última en llegar… y lo haría en el primer puesto por apenas cinco segundos y medio.
“No tengo palabras para describirlo. Hoy las estrellas se alinearon. Escuchar tu himno nacional en lo más alto del podio es mi parte favorita de los Juegos Olímpicos”, explicó .
Después de Londres-2012, nadie la esperaba en Río. Que tiemble Tokio…
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