No menos de 21 migrantes ahogados la semana pasada en las costas de Libia, cuya identidad no pudo ser establecida, fueron enterrados, ya que los habitantes del lugar no podían soportar ver los cadáveres en descomposición en las playas, sin que hubiera una reacción de las autoridades.
“Hace una semana, fuimos informados de que un barco se hundió, en la zona de Al Maya, y que los cuerpos han sido devueltos por el mar en los pasados días”, explicó ayer a la AFP Husam Nasr, jefe de la Media Luna Roja en Janzur, una localidad ubicada a las afueras de Trípoli.
La entidad indicó que los cuerpos estuvieron en la playa casi tres jornadas y que el sábado los lugareños decidieron enterrarlos en el cementerio de la ciudad siguiendo el rito musulmán. Emigrantes de toda África parten de las playas libias con la esperanza de llegar a Europa, pero la difícil travesía por el Mediterráneo muchas veces les cuesta la vida.
A principios de mes, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) calculó que desde enero de este año, no menos de 4 mil personas han perdido la vida cuando intentaban cruzar el mar, o mientras viajaban por las carreteras del norte de África y en la frontera entre Turquía y Siria.
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