En busca de una nueva gloria que lo ratifique entre los mejores del mundo, y para que el himno nacional suene en los Juegos Olímpicos Río 2016, partió el marchista nacional Érick Barrondo, oriundo de San Cristóbal, Alta Verapaz, que hace 4 años puso en el cielo a no menos de 14 millones de guatemaltecos al colgarse la medalla de plata en las justas de Londres 2012.
El atleta insignia del deporte chapín partió hacia Río de Janeiro, Brasil, acompañado por José María Raymundo, un atleta que trabajaba como panadero y que desconocía los pormenores de la marcha atlética cuando Guatemala obtuvo su primer metal olímpico, pero que ahora competirá contra el mundo por enaltecer la azul y blanco en los 20 kilómetros de su disciplina.
“Hace cuatro años yo estaba trabajando en una panadería y nunca imaginé que tiempo después iba a representar a mi país en unos Juegos Olímpicos, pero es lo que Dios tenía preparado para mi vida, y estoy muy contento. Mi vida quedó marcada desde que vi competir a Érick (Barrondo) en Londres, y aunque no sabía nada de marcha, desde ese momento me propuse luchar por mi país, aunque no fuera en el deporte”, manifestó Raymundo antes de ingresar al Aeropuerto Internacional La Aurora para emprender el viaje.
Por su parte, Barrondo, el guerrero de maíz en quien una vez más se centran las miradas de esperanza para conquistar una nueva presea, destacó que en esta oportunidad no se siente presionado y que tratará de disfrutar al máximo lo que la competencia le pondrá en el camino.
“Ya aportamos la primera; lo que venga es ganancia. Hace cuatro años estaba preocupado, pero en esta oportunidad voy bastante contento, tranquilo y en paz. Volver a tener el privilegio de representar a un país genera un sentimiento que no se puede explicar. Voy con más experiencia y madurez”, destacó Barrondo.
Despedido por un grupo de niños de la colonia Lavarreda y por su esposa, Mirna Ortiz, quien el jueves también partirá a la ciudad carioca para representar a Guatemala en la marcha femenina, el atleta prometió hacer lo propio por repetir la gloria.
“Lo único que puedo prometer es que voy a dar todo mi esfuerzo. Pelearé por una victoria o moriré en el intento”, concluyó.
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