El Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) recortó ayer su tasa de referencia a un nuevo mínimo de 0.25 por ciento, para respaldar la economía británica amenazada por la decisión de abandonar la Unión Europea (el Brexit).
La medida, adoptada por unanimidad de los 9 miembros del Comité de Política Monetaria, coincide con las previsiones de analistas e inversores.
Se trata de la primera caída desde marzo de 2009, cuando la banca central bajó la tasa a 0.50 para sacar al país de la recesión por la crisis económica y financiera mundial.
La entidad también aprobó un paquete de estímulos por un monto total de 170 mil millones de libras (US $227 mil millones, es decir Q1.7 billones), con cuantiosas facilidades de fondos para los entes financieros.
La flexibilización monetaria se propone apuntalar un crecimiento que será claramente más débil de lo esperado a causa del Brexit, pero que no será de recesión, aseguró el organismo rector, que redujo de 2.3 a 0.8 por ciento su previsión de aumento del Producto Interno Bruto británico en 2017.
“Las perspectivas económicas se modificaron marcadamente y las medidas adoptadas son coherentes con los riesgos que se veían antes del voto”, explicó el gobernador del BoE, Mark Carney, y acotó: “Vivimos un período de considerable incertidumbre”. AFP
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