Con una misa, durante la cual pidió a los jóvenes que el Evangelio sea el navegador de sus vidas y la oración el primer chat de cada día, el papa Francisco clausuró en Polonia la 31 edición de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), cuya próxima cita será en 2019 en Panamá.
El jefe de la Iglesia católica efectuó el anuncio en presencia del presidente Juan Carlos Varela, quien comentó: “El pueblo se siente orgulloso de que el Santo Padre haya reconocido a nuestro país”.
Lo acaecido
El mandatario acompañó a mil 800 jóvenes que viajaron a Cracovia para participar en el acto, que congregó a no menos de 2 millones y medio de personas de este grupo etario para la misa de clausura, según los organizadores.
El Papa argentino acogió la propuesta del arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, quien fue apoyado por los obispos centroamericanos, para celebrar la actividad que tiene múltiples implicaciones, por ello el jefe de Estado resaltó: “Vamos a respaldar a la arquidiócesis en lo que considere necesario”.
El jerarca llegó al Campo de la Misericordia, a 12 kilómetros de Cracovia, a bordo de un papamóvil blanco, donde fue ovacionado y aplaudido por una masa entusiasta de jóvenes de todas las nacionalidades, acampados en plena naturaleza para compartir y meditar bajo las estrellas sobre fraternidad y fe.
Francisco, durante su encuentro con la multitud, recomendó a la juventud que rechace la tristeza porque es un virus que infecta y paraliza todo, que cierra cualquier puerta, que impide que la vida se reavive y recomience.
Llamado
Con el mismo tono solicitó a los feligreses que empleen la conexión más estable, la de un corazón que ve y sabe transmitir el bien sin cansarse.
A la vez urgió a los creyentes para que no sean suplentes en la vida y a no vegetar sobre el sofá, en un nuevo y original llamado para que ayuden a construir un mundo justo.
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