Cientos de millas recorridas, aviones de toda clase y múltiples destinos para competir han marcado la carrera de la nadadora guatemalteca Valerie Gruest Slowing, para quien el vuelo CM407, con destino a Panamá, punto de la primera escala, le sabe diferente, pues es la aeronave que ayer marcó el comienzo del viaje que le permitirá llegar a Río de Janeiro, Brasil, para consumar su mayor sueño: los Juegos Olímpicos.
Acompañada por su madre y entrenadora, Karin Slowing, la atleta de 17 años se mostró completamente entusiasmada por comenzar la travesía, que para hacerla realidad primero debió cumplir con una serie de pendientes escolares en Guatemala, pues debía dejar cerrado un ciclo en el colegio que atiende su formación académica.
“Ya salí de la presión del colegio. Cerré el quinto curso y entregué todo lo que tenía que dejar listo para la universidad, así que mentalmente voy superbién”, destacó la deportista nacional, quien antes de partir debió despertar de madrugada para realizar una última práctica, debido a lo largo del viaje.
La emoción
Con la clasificación obtenida en los 800 metros libres del Campeonato Nacional de Bahamas, que se disputó en junio, Gruest asistirá a sus primeras justas olímpicas, en las que debutará el 7 de agosto, en la fase preliminar de los 400 metros libres, los cuales se disputarán en el Estadio Acuático Olímpico, ubicado en el Parque de Barra, de la ciudad carioca.
“A veces todavía no me lo creo, pero es un sueño hecho realidad. Es el anhelo que traigo desde que tenía cuatro años, y estoy muy emocionada y contenta por tener el honor de representar a Guatemala. Saber que voy a competir contra las mejores nadadoras del mundo realmente es el fruto de tanto esfuerzo y dedicación”, dijo la más pequeña de la dinastía Slowing.
Antes de abandonar el suelo nacional, Valerie contó que el miércoles tuvo la oportunidad de reunirse con toda su familia y recibir el apoyo de su madre, primos y tíos, entre quienes destaca Melanie, quien asistió a las justas de Atenas 2004.
Respecto de su itinerario al llegar al país sudamericano, la Aquagirl manifestó que espera conocer de inmediato la piscina en la que podrá programar sus prácticas, descansar del viaje y reunirse con el resto de atletas guatemaltecos que ya están instalados en la Villa Olímpica, quienes le han informado que las condiciones que se palpitan en Brasil son agradables.
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