Los diputados italianos comenzaron a examinar ayer una proposición de ley sobre la legalización de la producción de cannabis, una iniciativa que suscita oposición del Gobierno.
El texto propone autorizar el cultivo de hasta 5 plantas y la posesión de un máximo de 15 gramos por vivienda, mientras que la venta entre particulares y su consumo en lugares públicos seguiría prohibida. Esta propuesta también prevé la posibilidad de que el Estado cultive el producto. Los partidarios parten de una constatación: la represión internacional no ha servido.
En su último informe anual, la Dirección Nacional Antimafia italiana (DNA) denunció el fracaso total del aparente control, así como la imposibilidad absoluta de aumentar los esfuerzos de evitar la adquisición. Además, en Italia, donde el uso terapéutico es legal, la lucha ha absorbido importantes recursos policiales, judiciales y financieros. La DNA señaló que la despenalización con condiciones de la utilización de la droga aligerará la carga judicial.
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