Unas 600 mil familias de agricultores que viven en pobreza y pobreza extrema serán beneficiadas con el Programa de Subvención de Insumos Agropecuarios presentado ayer por autoridades gubernamentales, el cual se ejecutará en lugar de la iniciativa de entrega de fertilizantes, con acciones que privilegiarán la transparencia y el ahorro de recursos.
Después de 16 años el plan de entrega de abono será modificado para erradicar la opacidad en sus operaciones, adaptarse a las necesidades de cada núcleo favorecido, aprovechar mejor los recursos de los que será dotado y fortalecer la institucionalidad gubernamental.
Los campesinos recibirán un cupón con valor de Q200 y podrán decidir dónde y cuándo comprar diferentes productos como abono, fungicidas, semillas y herramientas de labranza, entre otros. Esto, según el presidente Jimmy Morales, implicará ahorros significativos para el erario en cuanto a almacenamiento, distribución y transporte.
En este sentido, otra característica positiva del Programa, expresó Morales, es que evitará que haya proveedores seleccionados previamente como encargados de suministrar los elementos necesarios, de acuerdo con la Agencia Guatemalteca de Noticias.
Además, en la línea de emplear y fortalecer a las entidades públicas, el Crédito Hipotecario Nacional será el encargado de emitir las boletas.
Para el jefe del Organismo Ejecutivo “este proyecto es una prueba más de que las cosas en Guatemala se pueden hacer de una manera correcta, con transparencia, inclusión y pertinencia cultural”.
Los planes de ayuda social requieren para su implementación sostenible de la legitimidad basada en un amplio sentido de solidaridad, que se logra incrementando la confianza del contribuyente en que los funcionarios actúan de forma honrada y con eficiencia, y logran impactos positivos en el nivel de vida de la población necesitada.
Consecuentemente, con el nuevo Programa de Subvención de Insumos Agropecuarios se espera mejorar la seguridad alimentaria de pobladores en situaciones de gran precariedad y se puede esperar, como un valor agregado, que se supere la relación entre la ciudadanía y sus gobernantes, lo que será un aporte trascendental para el desarrollo del país.
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