El británico Chris Froome, que representa al equipo Sky, ganó la decimoctava etapa del Tour de Francia, una contrarreloj de 17 kilómetros que se disputó entre Sallanches y Megeve, y dio un paso casi definitivo para consagrarse el domingo en los Campos Elíseos, donde podría proclamarse monarca por tercera vez.
Con el maillot amarillo de líder y el dorsal 1 de vigente campeón, Froome batió en el último turno, en esta cronometrada en ascenso por 21 segundos, al holandés Tom Dumoulin, de Giant, quien había marcado el mejor tiempo hasta ese entonces, para lograr su segunda victoria de fase en la edición 2016 del Tour.
Una profecía
“Hay que esperar porque Froome viene con unas piernas de fuego”, había dicho Dumoulin, ganador de la primera contrarreloj de esta edición hace siete días, después de su actuación. Tenía razón. El ciclón amarillo salió de último y fue mejorando conforme se acercaba a la meta para batir a todos sus rivales.
“Hice una buena crono, pero lo podía haber hecho mejor, me encontré por debajo de mis límites antes del final de la jornada”, añadió Dumoulin, cuyo objetivo ahora es lograr el oro en la cronometrada de los Juegos Olímpicos de Río.
En tercer lugar finalizó el italiano Fabio Aru y la cuarta posición fue para el australiano Richie Porte, ambos a 33 segundos del vencedor, mientras que el colombiano Nairo Quintana concluyó en la décima casilla, con 1:10 de diferencia.
Con esta espectacular actuación, Froome afrontará hoy el antepenúltimo período con 3:52 de ventaja sobre el holandés Bauke Mollema, segundo clasificado; a 4:16 del británico Adam Yates, tercero; y 4:37 de Quintana, cuarto.
A rematar
A falta de dos días, salvo accidente o circunstancia mayor, su tercer triunfo en París parece asegurado. Hoy intentará dar un paso más en las pendientes del Bettesx, a los pies del gigante Mont Blanc.
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