Ha sido una de las tareas más difíciles de cumplir.
Al fundarse la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945 (Guatemala es uno de sus 51 miembros fundadores originales, hoy son 193 Estados miembros), se crearon sus principales órganos: la Asamblea General, el Consejo de Seguridad (CS), el Consejo Económico y Social, el Consejo de Administración Fiduciaria, la Corte Internacional de Justicia y la Secretaría.
En aquel momento, los miembros del CS eran 11: 5 permanentes (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y la Unión Soviética, hoy Rusia) y 6 no permanentes, reflejando la realidad geopolítica de entonces. A partir de esa fecha, el único cambio al que el CS ha sido sometido, es a la ampliación de 11 a 15 miembros, pero nótese que sin modificar la cantidad de países con derecho a veto, que solamente poseen sus miembros permanentes, es decir, los vencedores de la Segunda Guerra Mundial.
La ONU reconoció, desde 1992, la necesidad de acción para una reforma del CS cuando se estableció el Grupo de Trabajo de composición abierta para ver ese asunto, con la esperanza (como lo declarara el entonces Secretario General Boutros-Ghali) de encontrar una fórmula en el marco del 50 aniversario de la ONU en 1995. Además, presentó, 5 años después, en 1997, su documento (A/51/950) Renovación de las Naciones Unidas: Un Programa de Reforma.
Hoy, el Grupo de los Cuatro (G-4), Alemania, Brasil, India y Japón, desea beneficiarse, cada uno con una expansión e inclusión en la membresía permanente del CS, pero la reforma de la Carta de la ONU no es tarea fácil y requiere que dos tercios de la membresía estén de acuerdo; quiere decir, al menos 128 de 193 Estados parte. Pero, ¿a qué obedecen estos aires de reforma, y particularmente dentro del CS? Tras 71 años de existencia, la ONU debe adaptarse a la evolución y nueva realidad mundial, su reforma la revitalizará. Las causas de su reforma son muchas: el fin de la Guerra Fría, la globalización, el cambio climático, proliferación nuclear, las crisis económicas, nuevos actores internacionales y, por supuesto, el gran aumento de países independientes dentro de la propia ONU (de 51 a 193) y su necesidad de representación equitativa en el CS, etcétera.
Desde el reconocimiento formal del cambio, ha pasado el 50, el 60 y el 70 aniversario de la ONU y las peticiones de reforma del Consejo de Seguridad (cuyos miembros permanentes continúan intactos) siguen en pie. Sin duda, ha sido una de las tareas más difíciles de cumplir, dada la falta de consenso para ello.
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