En el adhesivo pegado a su guante negro se veía la palabra boicot y unos aros olímpicos derritiéndose: lo llevaba un protestante en una manifestación de funcionarios públicos el miércoles en Río. La intención era reprochar la realización de los Juegos, pero terminó en enfrentamientos con la policía.
A un mes de que comience la justa deportiva, profesores brasileños, en huelga desde hace 3 meses, cerraron el paso de una gran avenida del centro. Su fin era exigir el pago de salarios atrasados por parte del gobierno estatal, que está casi en la bancarrota y recién recibió un auxilio federal de US $870 millones (Q6 mil 638 millones 100 mil) para enfrentar la crisis.
“Este gobierno dice que no tiene dinero para la educación, pero tiene dinero para la contienda deportiva. ¡Eso es absurdo! Es por esto que los servidores públicos estamos en la calle, para pelear por nuestros derechos”, dijo a la AFP Edson Cunha, un profesor de 41 años. Cerca, otro manifestante sostenía un cartel que decía: “Nota de fallecimiento olímpico, aquí yace Río”.
Medidas de hecho
Además de las consignas contra las olimpiadas, también hubo críticas al gobierno regional y al presidente interino de Brasil, Michel Temer. Cuando se disolvió la manifestación, Black Blocs comenzaron a lanzar piedras y destrozar paradas de autobús. Esto conllevó a que la policía interviniera con bombas de ruido. Fueron detenidas no menos de seis personas, según constató un periodista de la AFP.
Antes y durante la Copa Confederaciones de 2013, y en los meses previos al Mundial 2014, se registraron marchas masivas contra las millonarias inversiones que hizo el Gobierno para construir estadios de futbol destinado a ese evento, así como para pedir mejoras en servicios públicos. Los movimientos, que fueron perdiendo fuerza, eran liderados por el colectivo anarquista de los Black Blocs, quienes terminaban en ocasiones enfrentados con la policía.
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