El martes, los científicos del Laboratorio de propulsión a reacción en Pasadena, California, EE. UU., estallaron en regocijo cuando se confirmó el ingreso de la sonda en la órbita de Júpiter. Según la publicación de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), el ingreso fue a las 3:53 del martes. “¡Estamos dentro! Es casi como un sueño hecho realidad”, gritó Scott Bolton, investigador principal de la misión.
La sonda no tripulada y propulsada por energía solar viajó 2 millones 700 mil kilómetros desde su lanzamiento hace 5 años. “Este maravilloso Universo que miramos, ¿cómo funciona y cómo comenzó?”, inquirió el científico, Steve Levin. “Esa es una de las maravillas de trabajar para la NASA y en grandes proyectos. Uno llega a responder grandes preguntas”, agregó.
“En toda nuestra historia nunca hemos sido realmente capaces de ver el movimiento de un cuerpo celeste contra otro”, dijo Bolton, tras exhibir las imágenes durante la conferencia de prensa. “Finalmente somos capaces de ver con un video real, con tomas reales, este movimiento, algo que hasta ahora, solo habíamos sido capaces de imaginar”, indicó.
Protección
Para resguardarse de la atmósfera, el aparato está provisto de una armadura de titanio que cubre sus instrumentos electrónicos, su computador a bordo y sus cables eléctricos. De un peso no menor a 379.19 libras, esta cúpula reducirá las exposiciones a las radiaciones, 800 veces en comparación con la parte no protegida.
La nave lleva a bordo 3 estatuillas Lego hechas de aluminio. Representan a Júpiter, el rey de los dioses en la mitología romana; a su esposa y hermana Juno; y a Galileo, el científico italiano que descubrió las 4 grandes lunas de ese planeta.
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