Después de 5 años de viaje, la sonda Juno de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), ya está en la órbita de Júpiter. El fin del envío es desentrañar los misterios del cuerpo más grande del Sistema Solar.
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El artefacto, cuyo peso no es menor a 4 toneladas, es impulsado por energía solar. Efectuará una serie de 37 sobrevuelos alrededor del cuerpo celeste, en altitudes no mayores a 10 mil kilómetros y no menores a los 4 mil 667 kilómetros sobre la espesa capa nubosa. La empresa científica durará 18 meses y si se logra con éxito, se romperá el récord de 43 mil kilómetros, establecido por el Pioneer 11, en 1974. “Se acercará a una distancia sin precedentes”, destacó la responsable del programa, Diane Brown.
Juno, que avanzó a 64 kilómetros por segundo, encenderá hoy su motor principal durante 35 minutos para frenar su trayecto. Como consecuencia, será capturado por la gravedad del astro y se colocará en una órbita polar de 53.5 días, que realizará dos veces. El siguiente paso es colocarse en una ruta que le requiera solo 14 días para rodear el planeta.
A 48 minutos
Dada la distancia con la Tierra (869 millones de kilómetros), la señal de radio de confirmación tarda en llegar a los controladores de vuelo 48 minutos. Durante sus sobrevuelos, los instrumentos analizarán la capa de nubes y las auroras boreales, su atmósfera y su magnetósfera.
El proyecto, que costó US $1 mil 100 millones (Q8 mil 393 millones) y fue lanzado el 5 de agosto de 2011, va a cartografiar los campos gravitacionales y magnéticos para determinar su estructura interna. Los 9 instrumentos que lleva, algunos, de manufactura europea, también medirán emisiones radiométricas de la atmósfera profunda del planeta, lo que permitirá conocer su composición, su estructura térmica y su ambiente ionizado.
“Hoy no se sabe si Júpiter posee o no un núcleo central”, explicó Tristan Guillot, director del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia y miembro del equipo a cargo, precisó también que se realizarán mediciones 100 veces más precisas con el satélite.
Los responsables advierten sobre los riesgos de la tarea. Se mencionó la capa de hidrógeno, equivalente al 90 por ciento de la atmósfera y cuya presión actúa como un poderoso conductor eléctrico. Esto, aunado a la rápida rotación (un día jupiterino dura 10 horas terrestres), genera un campo magnético muy potente que puede amenazar a la sonda.
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