Las tres explosiones ocurridas el martes en el aeropuerto de Ataturk, en Estambul, Turquía, llevan el sello del grupo Estado Islámico (EI), opinó ayer John Brennan, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).
“Los horrendos ataques de ayer (martes) en la terminal internacional, y que mataron a decenas e hirieron a muchos más, ciertamente lleva el sello distintivo de la depravación de EI”, afirmó Brennan.
No menos de 41 decesos
Entre la lista oficial de fallecidos se incluyen 13 extranjeros, de los 41 reportados, y otros 239 resultaron heridos. Con esta, suman 3 las ofensivas durante 2016; y por ello, ayer se decretó Día de duelo nacional.
De los heridos, 130 permanecen hospitalizados, según el balance difundido. Entre los fallecidos foráneos figuran 5 saudíes, 2 iraquíes, 1 tunecino, 1 uzbeko, 1 chino, 1 iraní, 1 ucraniano y 1 jordano.
Durante la noche del martes, desde el aeropuerto, el primer ministro turco, Bimali Yildrim, dio un primer informe de 36 muertos y aseguró a la prensa: “Los indicios apuntan a Dáesh”, acrónimo en árabe del EI. Por el momento, se desconoce la nacionalidad de los asaltantes. Según las autoridades, las explosiones se produjeron en la entrada de la terminal de vuelos internacionales hacia las 22:00 (hora local). Aunque aún no fueron reivindicados, estos ataques recuerdan el modus operandi de los atentados yihadistas en París en noviembre (130 muertos) y en Bruselas (32 muertos en el aeropuerto y en el metro) en marzo.
Desde la capital, Ankara, el presidente Recep Tayyip Erdogan lanzó un llamado: “Este ataque, perpetrado durante el mes del ramadán, muestra que el terrorismo golpea sin consideración de fe ni de valores” agregó.
La Presidencia indicó que Barack Obama llamó por teléfono a su homólogo turco para condenar firmemente los atentados de Estambul. A su vez, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas Ban Ki-moon reclamó intensificar la cooperación internacional.
Enorme bola de fuego
Imágenes y videos publicados en las redes sociales muestran una inmensa bola de fuego en la entrada de la terminal aérea de Ataturk, Turquía, mientras miembros de la seguridad evacuan a los pasajeros que corren desesperados.
En otro audiovisual, se ve cómo uno de los “kamikazes” yace en el suelo, herido por un agente, y se retuerce para conseguir accionar su cinturón de explosivos. A esto se suma una tercera grabación, en la que tres atacantes comenzaron a disparar. Cuando los policías respondieron, los perpetradores se inmolaron.
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