Un total de US $1 mil 7 millones (Q12 mil 900 millones) ha invertido el sector agrícola en la siembra, cultivo y en el procesamiento de la palma africana en los pasados 11 años, lo cual lo ha llevado a representar el 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, refiere un estudio del Central American Business Intelligence (CABI).
Paulo de León, director ejecutivo de esa firma de consultoría, manifestó que la exportación de grasas y aceites comestibles tuvo un crecimiento del 586 por ciento en las pasadas 2 décadas, lo cual ha llevado a que las ventas alcancen los US $400 millones (Q3 mil 52 millones), en promedio al año.
“El estudio evidencia la riqueza que genera esta actividad y su crecimiento económico. Pero las preguntas que no responde es cómo beneficia a las personas de los territorios, si produce desarrollo rural y territorial, pues este aspecto debe traducirse en mejores condiciones de vida para los habitantes”, comentó Adrián Zapata, responsable del área de desarrollo rural del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Mayor impacto
Entre los principales hallazgos que presenta el estudio Impactos Socioeconómicos del Cultivo de Palma de Aceite en Guatemala, destacan que la producción representa el 15 por ciento de la actividad económica en Petén, equivalente a Q13 mil 648 millones; en Izabal, el 5.8 por ciento de su PIB; seguido por Alta Verapaz, con 3.9; mientras que en San Marcos, el 1.9.
“A nuestro criterio, el cultivo tiene un saldo negativo para el país, porque la siembra requiere una inversión alta en agua y cada hectárea genera solo el 0.17 de empleo”, expresó Helmer Velásquez, director ejecutivo de la Coordinación de ONG y Cooperativas.
Acciones
Susana Siekavizza, directora ejecutiva de la Gremial de Palmicultores de Guatemala, dijo que tras los señalamientos en contra de Repsa por supuestamente haber ocasionado daños en el río La Pasión, intensificaron las auditorías en las empresas y el fomento a las buenas prácticas agrícolas.
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