viernes , 22 noviembre 2024
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La justicia (II) y final

La armonía de una sociedad se logra con justicia y equidad.

Justicia y equidad es lo que todo país debe construir para lograr su desarrollo.

Pero, para que ello suceda, es necesario que se democratice la sociedad, lo cual significa no solo que haya igualdad de todos ante la ley, sino que se le dé a cada individuo la oportunidad de lograr su bienestar y que se resguarde la posibilidad de disentir, a la que todo sujeto tiene derecho.

Un Estado perverso es aquel que copta todas las instancias de la sociedad a partir de sus poderes, para favorecer a intereses sectarios. Así, en países permeados por la corrupción, donde estructuras criminales se enquistan corrompiendo a los poderes del Estado para beneficiarse y enriquecerse ilícitamente, no se puede hablar de justicia.

Si el Estado debe tender a la justicia, ¿por qué esta no se muestra en la mayor parte de sociedades y países del mundo? Quizás sea porque el Estado se constituye en el instrumento de dominación de los sectores privilegiados. Es el mecanismo que utiliza el sistema para someter a los demás miembros de la sociedad y seguir teniendo vigencia. De ahí que, si el sistema favorece a un sector en particular de la sociedad, la justicia permanece oculta. Por ello, se exige que se democraticen todas las esferas del Estado, lo cual significa terminar con los privilegios. Ya que, cuando la miseria es grande, la acumulación de riqueza se convierte en beneficios que se traducen en impunidad,  condición que constituye un factor esencial de la injusticia.

Tanto en la visión capitalista, como en el socialismo científico se prevé la extinción gradual del Estado. Pero, mientras para el capitalismo la reducción de este se consigna para preservar las libertades individuales, dado que sus funciones deben limitarse a brindar justicia y seguridad, en el socialismo su desaparición progresiva coincide con la desaparición de las clases sociales. Desde estas perspectivas se vislumbra en el futuro la autogestión de cada miembro de la sociedad, en el capitalismo con vistas a generar riqueza; en el socialismo, en cambio, para lograr la armonía social a partir de la ética y valores humanos. Hacer lo correcto, no acumular más de lo necesario y vivir en armonía y cooperación social será el ideal del accionar humano con la desaparición del Estado.

La armonía de una sociedad se logra con justicia y equidad, pero para que eso se consolide, es necesaria la aparición de sujetos críticos que comprendan y defiendan con actitudes, la dimensión real de lo que representan esas palabras. De lo contrario, se constituirán en  cómplices de las circunstancias, sujetos pasivos o activos de la corrupción.

 


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