En el paso por la Costa Sur rumbo al Occidente, en la CA-2, los baches son constantes y el deterioro del asfalto es evidente, y peor están en el Oriente.
Las carreteras de mi país tienen años de vida, unas han sido atendidas y mejoradas, otras, como lo evidencia el tiempo, muestran un asfalto destruido, baches de gran diámetro y profundidad, como para destruir un vehículo o provocar accidentes. Sin duda que la salud, educación, seguridad y ambiente, son prioritarios, pero también las vías de comunicación son importantes al desarrollo económico de Guatemala, tanto para sacar producto, como para ingresar desarrollo.
Aquellos millones que se han ido con destinos equivocados, como parte de la corrupción que viene de arrastre y confirmada por investigaciones profundas en los últimos cuatro años mediante peritajes de expertos, eran, más de algunos, para la reparación y apertura de nuevos caminos, que sin pensar en los guatemaltecos, llenaron cuentas bancarias nacionales e internacionales, tanto exfuncionarios como empresarios cómplices que prestaron empresas para falsas facturas o establecieron negocios de papel, prestando firmas y número de colegiados constructores.
Es por esa razón que las comunidades afectadas, que ven mermados sus intereses y que creen no tener la atención de las actuales autoridades, amenazan constantemente con medidas de hecho. No dudo que el Ministerio de Comunicaciones Infraestructura y Vivienda (CIV), y su equipo de trabajo, tiene el diseño de un plan de atención inmediata, de corto y largo plazo para el tema de las carreteras, más ahora que el invierno contribuye a destruir el pavimento, asfalto y terracería.
Por cuestiones de responsabilidad laboral, me toca viajar por las carreteras del país. En el paso por la Costa Sur rumbo al Occidente, en la CA-2, los baches son constantes, el deterioro del asfalto es evidente, pero el fin de semana fui por el Oriente del país, viví de cerca los inconvenientes que genera el asfalto que de Jutiapa lleva a Chiquimula, más la parte de El Progreso, que está intransitable, los vehículos constantemente se cambian carril para evitar daños mecánicos, pero ponen en peligro la vida de viajeros. ¡Peligroso transitar por allí!
Las gobernadoras y gobernadores han logrado abrir espacios de diálogo con alcaldes y líderes comunitarios, que también protestan en el mismo tema, los caminos destruidos y trabajos abandonados. En algunos casos han intervenido los diputados distritales para apoyar en las gestiones ante el CIV, que es el encargado de la infraestructura vial por medio de Covial, que algo estará haciendo, por lo menos para ir ordenando prioritariamente las necesidades nacionales.
Después de la tempestad Dios te ampare. Ahora que se están detectando los fondos nacionales y sus desvíos, las necesidades de los guatemaltecos surgen en cantidad. Es decir, que en aquel momento que las tenían que atender, nunca lo hicieron, aparentaban, obras están presentadas como concluidas y pagadas, pero nunca existieron, otras abandonadas por vicios de procedimiento, están las que nunca han sido atendidas y ahora evidencian su estado crítico y deplorable, que va en deterioro y entre más tiempo pasa, el presupuesto será mayor.
Deja un comentario