Cuando el argentino Marcos Bruno vio la convocatoria puso manos a la obra. Envió el proyecto, lo aprobaron y en 5 meses dio a luz un robot que puede ser usado para instalar GPS en Marte.
“Hubo una convocatoria en Internet para presentar proyectos relacionados con el Planeta Rojo. Aplicamos y quedamos seleccionados. Lo construimos terminamos de armarlo literalmente camino al aeropuerto”, rumbo a Estados Unidos adonde viajó en abril para someterlo a ensayos en el desierto de Utah.
El diseño y construcción fue en coautoría con Gabriel Caballero (21 años), estudiante de Ingeniería en la estatal Universidad Tecnológica Nacional.
El prototipo, un robot apenas más grande que una caja de zapatos con 4 ruedas, wifi y un sinfín de conectores, se asemeja a una pequeña patineta con un enjambre de cables, un sensor, un brazo, que puede manejar instrumental, y una cámara.
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