La Organización de Estados Americanos (OEA) inauguró ayer su Asamblea General en República Dominicana con la promesa de limitarse a discutir el desarrollo sostenible en la región, pero con la crisis de Venezuela sobrevolando las conversaciones informales.
También domina las discusiones la crisis financiera de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que entre otras limitaciones debió suspender sus misiones en la región por falta de fondos.
El presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, y el secretario general del organismo continental, Luis Almagro, procedieron a inaugurar la 46 edición al caer la noche del lunes en Santo Domingo, después de reunirse a lo largo del día con representantes de organismos civiles.
En señal de deferencia con el país anfitrión, Almagro prometió que no impondrá el tema Venezuela en la Asamblea General.
Posición
Bernardo Álvarez, representante de Caracas, expresó: “Creemos en la ayuda humanitaria, pero distinto es utilizarla en el marco que se está utilizando, pues esconde un deseo intervencionista.
La asamblea analizará también la protección de los derechos humanos de los trabajadores inmigrantes, de los pueblos indígenas y afro-descendientes, entre otros
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