El día de mercado, de misa, de ir al parque o a los campos de futbol aficionado, para aprovechar el domingo, fueron actividades que quedaron suspendidas ayer en Mazatenango, donde los locales lo único que querían era abarrotar el Estadio Carlos Salazar Hijo, para ser parte de la gloria conseguida por el Deportivo Suchitepéquez, que venció 3-0 a Comunicaciones y se consagró campeón del Torneo Clausura 2016.
En territorio mazateco, el último domingo de mayo fue atípico. Al menos 103 mil 276 residentes despertaron con el sueño de ver a su equipo coronarse amo y señor del balompié nacional; sin embargo, no menos de 10 mil aficionados fueron los privilegiados de conseguir su acceso al coloso de Santa Cristina, donde los venados lucharían por adjudicarse su segundo título de la historia, después del obtenido en 1983, cuando eran adiestrados por Julio César el Pocho Cortés.
Conscientes de que la serie estaba en su contra, puesto que el jueves, en el juego de ida, los dirigidos por el técnico nacional Douglas Zamora cayeron derrotados 2-1 en el Estadio Nacional Mateo Flores, el sábado por la noche aficionados se reunieron en los alrededores del ruedo para pernoctar en ese lugar, y así, ser los primeros en ocupar un asiento en el graderío que sería el testigo de la fiesta futbolística.
Acción
Wálter López fue el encargado de hacer sonar el primer silbatazo en punto de las 11:00, y el balón rodaba sobre el rectángulo de las acciones; garra y coraje fue lo que ambos equipos mostraron en su intento por estampar la primera diana del juego; no obstante, los cremas culminaron los primeros 45 minutos con una leve tranquilidad, después de que Domingo Omar Zalazar errara un penal al minuto 40, e inyectara una dosis de desconsuelo en aquellos que temían que el festejo se les aguara, pero los blancos se quedaron con 10, pues Joel Benítez vio la segunda amarilla en la acción que provocó la pena máxima.
Al comenzar la etapa decisiva (51), Francisco Ladogana se encargó de encender la mecha de una bomba, que estalló bajo los 35 grados centígrados, cuando venció la resistencia de Juan José Paredes, quien no pudo evitar la diana del argentino, que abrió la ruta para el equipo de azul y blanco. Anonadados por el golpe, y sin reacción, 2 minutos después, los pupilos de Ivan Sopegno fueron las víctimas ideales para Enrique Miranda, quien con un cabezazo estampó el 2-0 de la tarde, y desató la locura en el pueblo que comenzaba a festejar la corona.
Al 91, cuando todo apuntaba a que ese resultado era suficiente para que los que caminaron al frente en la fase de clasificación consiguieran la gesta, Zalazar encontró la ruta del 3-0, que desembocó en el mar de los festejos para la escuadra que volvió a probar las mieles del triunfo, 33 años después, y se sirvió con la cuchara grande, al despachar a un rival que fue incapaz de agregar el cetro 31 en sus vitrinas.
Zamora hizo historia al convertirse en el sexto técnico nacional con al menos un título de Liga.
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