Uruguay tiene bastante en común con la Copa América, ya que fue el primero en adjudicarse un título y es el máximo ganador de la historia, con 15. Aunque eso le dé cierto favoritismo, deberá reflejar su superioridad frente a las selecciones de México, Jamaica y Venezuela, sus acompañantes en el Grupo C, en la edición del centenario del certamen continental.
El pistolero Luis Suárez, quien se recupera de una lesión en la pierna derecha, se perfila como la principal arma de fuego de los charrúas, que quieren consumar una nueva gesta, similar a aquella que realizaron en 1916, en Buenos Aires, Argentina, o la que lograron en 2011, también en suelo gaucho, cuando ganaron su más reciente copa.
Suárez mantiene en alerta al conjunto del maestro Óscar Tabares, quien dispone de una amplia gama de jugadores para suplirlo y que su columna vertebral la conforman futbolistas sólidos como el arquero Fernando Muslera, el defensa Diego Godín, así como Egidio Arévalo, Carlos Sánchez y Álvaro González, en el medio campo, y Edinson Cavani en la delantera.
Prueba de fuego
El debut será contra los mexicanos, que se presentan como los mejores de la Concacaf, después de haberse proclamado monarcas de la Copa Oro y con un Javier Chicharito Hernández, en pleno romance con las redes; además de los referentes Andrés Guardado, Miguel Layún y Héctor Herrera.
Los aztecas junto a la celeste son favoritos, no solo para avanzar a la siguiente ronda, sino también para pelear por el título; sin embargo, deberán pasar por encima de la competitiva y aguerrida escuadra jamaiquina, conocida por su futbol rápido y potencia.
Wes Morgan, quien recientemente se consagró con el Leicester City, en la Premier League, y Adrián Mariappa, del Crystal Palace, son los bastiones en la zaga caribeña que le apostará a Gil Barnes en la delantera para intentar sorprender a sus rivales.
En crisis
Venezuela llega con más pena que gloria al torneo, es última en la eliminatoria de la Conmebol, con apenas un punto y carece de figuras, debido al proceso de transición, pero, aun cuando pasa por una crisis, eso no le resta méritos para intentar resplandecer y resurgir de entre las cenizas.
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