Las huelgas en Francia, contra un proyecto de reforma laboral del gobierno socialista, se extendieron ayer a las centrales nucleares, lo que causó dificultad para distribuir gasolina, y hubo enfrentamientos de jóvenes con las fuerzas de seguridad.
En la octava jornada de movilizaciones, la Policía se enfrentó a encapuchados después de que algunos asistentes empezaran a romper vitrinas y dañaran vehículos a su paso. En ese marco, activistas sindicales bloquearon puentes, mientras que conductores de trenes y controladores aéreos cesaron su labor.
Según las autoridades, la movilización llevó a las calles a 153 mil personas en todo el país, mientras que los sindicatos aseguraron que habían contado hasta 300 mil. La parálisis creciente se produce a 2 semanas de la inauguración de la Eurocopa de Futbol, el 10 de junio, día en que los gremios han llamado a la huelga a los empleados del metro.
Lo venidero
La novena jornada de movilización general, una concentración única en París, se llevará a cabo el 14 de junio, 4 días después del inicio del torneo.
El primer ministro Manuel Valls, admitió la posibilidad de cambios o mejoras en el proyecto de ley y anunció que recibiría el sábado a representantes del sector petrolero, aunque volvió a descartar el retiro del polémico texto.
Según el Gobierno, la Ley dará mayor flexibilidad a las empresas para luchar contra el desempleo mientras que sus detractores consideran que aumentará la precariedad laboral y critican en particular su artículo 2, que da primacía a los acuerdos de empresa sobre las negociaciones por ramas profesionales.
Valls afirmó que ese artículo no se modificará y el presidente Francois Hollande respaldó esa determinación.
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