Parte de la descomposición social es consecuencia de problemas estructurales que debemos resolver integralmente.
En los últimos años Guatemala ha realizado grandes esfuerzos en favor de la educación: ampliar la cobertura y la eficiencia en general del sistema, la ampliación y gestión para la desconcentración y descentralización, la reforma curricular, la implementación de nuevas modalidades metodológicas, mejor preparación a docentes, incentivos para que las familias envíen a los niños a la escuela, programas de apoyo, entre otras muchas acciones. Pese a ello, mantenemos altos índices de fracaso escolar y de deserción, pues aún hay muchos jóvenes fuera del sistema educativo, y existe una elevada cifra de analfabetas.
Para nadie es secreto que la sociedad guatemalteca afronta en la actualidad una serie de fenómenos por descomposición social: altos índices de violencia, extorsiones, delincuencia, violencia de género, violencia intrafamiliar, abuso infantil y otras formas de violencia que laceran la dignidad humana.
La disparidad social, el racismo, la discriminación, los altos niveles de pobreza, la impunidad que impera, las maras, así como las secuelas del conflicto armado interno constituyen algunos de los factores que dan origen y mantienen la violencia, en cualquiera de sus derivados y en niveles alarmantes.
Asimismo, la pérdida de valores sociales y morales incrementan los actos de corrupción en el ámbito público y colocan al país en lugares poco alentadores, según Transparencia Internacional.
Al parecer y pese a los esfuerzos realizados, la educación y la familia no logran contribuir con una cuota lo suficientemente significativa, para prevenir esos patrones de conductas, poco aceptables y absolutamente dañinos para el tejido social.
Es preciso acotar que por lo general, se atribuyen los problemas sociales que aquejan a la población, a la desintegración familiar y a la falta de educación; sin embargo, al deslindar responsabilidades tomando solo en cuenta el factor familiar y educativo, se dejan de analizar aspectos importantes cuya influencia es determinante en dichos problemas.
Parte de la descomposición social que se ha perfilado al inicio, no es más que la consecuencia de problemas estructurales que debemos resolver de manera integral y con la asidua participación de todos y todas, teniendo como fundamento la educación y la conformación familiar. Continuará.
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