El Congreso de Brasil aprobó ayer de madrugada la reducción de la meta fiscal propuesta por el gobierno interino de Michel Temer, que prevé un déficit primario de no menos de US $46 mil millones (Q350 mil 980 millones).
Esta medida implica que el gobierno de Temer, que asumió hace 14 días de forma interina, mientras la presidenta Dilma Rousseff es juzgada por manipulación de las cuentas públicas, podrá en la práctica gastar más de lo que recaude este año.
La previsión del nuevo equipo económico es que el año cerrará con un déficit fiscal de US $46 mil 800 millones (Q357 mil 84 millones). Contando todo el sector público, el rojo llegaría a los US $47 mil 749 millones (Q364 mil 324 millones).
“Es una cifra justa, es una cifra buena para el país”, dijo el diputado Dagoberto Nogueira, relator del proyecto de reforma al presupuesto.
Por su lado, Jandira Feghali, diputada del Partido Comunista, dijo que le estaban dando un cheque en blanco al Ejecutivo.
Esta decisión representa el primer triunfo del nuevo gobierno en el Congreso, que debatió en una tensa sesión conjunta de diputados y senadores durante no menos de 16 horas.
Implicaciones
Aprobar esta meta era crucial para Temer. De haber sido rechazada, le hubiera obligado a hacer malabares y prácticamente parar la máquina pública con violentos cortes para cumplir con la meta de superávit primario, (ahorro antes de pagar intereses de la deuda) US $6 mil 700 millones (Q51 mil 121 millones) prevista inicialmente en el presupuesto aprobado para 2016.
El gobierno de Rousseff ya había enviado al Congreso una revisión de la meta fiscal, con una proyección de déficit de US $27 mil millones (Q206 mil 10 millones), pero esta no llegó a ser votada.
Con el déficit en 2016, la mayor economía latinoamericana terminará su tercer año con un rojo fiscal, mientras se encamina hacia su peor recesión en un siglo.
A la baja
El Producto Interno Bruto (PIB) cayó 3.8 por ciento en 2015, mientras proyecta una contracción similar en 2016 y crecimiento cero para 2017. Todo esto en un escenario de elevada inflación y creciente desempleo.
Para contrarrestar estos efectos negativos, el mandatario presentó ayer a los líderes del Congreso, medidas de austeridad.
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