Asegurar las garantías fundamentales y crear condiciones adecuadas para la infancia que vive en las prisiones con sus progenitoras o visitan a sus padres en esos recintos, es uno de los mandatos del Modelo Institucional de Niños Vinculados a Privados de Libertad, presentado el 22 de abril por el Ministerio de Gobernación.
En esa iniciativa se contempla la creación de guarderías en los alrededores de las penitenciarías y una guía de buenas prácticas para las mujeres guardias y aspirantes, entre otros beneficios.
El Gobierno, mediante la cartera del Interior, está respondiendo a uno de los problemas más antiguos en las cárceles del país: el hacinamiento de los reclusos, quienes, aunque estén pagando una pena, no deben recibir un trato inhumano.
En este sentido, en el caso de las prisioneras, se agiliza la construcción de un complejo especial para las madres y sus pequeños en el Centro de Orientación Femenina (COF), con el cual se garantizan sus derechos.
El Módulo Residencial en el COF es un proyecto del Programa de Apoyo a la Seguridad y Justicia en Guatemala, de la Unión Europea, cuya inversión asciende a Q6 millones 366 mil 836.
Con esta iniciativa se dignificará a las 622 privadas de libertad que cumplen una condena y se dará un trato humano a los 20 niños y 13 niñas, pues, junto a sus madres, serán ubicados en el espacio mencionado, el cual contará con todos los servicios básicos para que crezcan en un ambiente en el que no se vean vulnerados física, emocional ni psicológicamente.
Mediante este plan se contribuye al fortalecimiento y mejora de la infraestructura de los centros carcelarios, con miras hacia un nuevo sistema penitenciario que por décadas ha visto cómo crece la población reclusa, sin que se haya accionadado para frenar el fenómeno que, además, pone en riesgo la integridad de los internos.
Se están dando los pasos para atender las precariedades de los centros de detención, con lo cual se cumple la Ley del Régimen Penitenciario, que establece, entre otros aspectos, garantizar las condiciones de los cautivos que pagan una pena, para que se reformen en un contexto humano y digno y puedan reintegrarse a la sociedad.
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