En un país con aproximadamente 50 por ciento de población rural y 2 millones de personas vinculadas directamente con la producción agropecuaria, es vital que el Gobierno establezca lineamientos generales de actuación para el desarrollo del sector, y el beneficio del país en general.
Es lo que ha hecho la administración, por medio del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), con la elaboración del Plan Agrícola 2016-2020, que fue presentado ayer.
El documento establece cuatro áreas de trabajo: una estrategia nacional de riego, impulso al extensionismo, promoción de medidas sanitarias y fitosanitarias, así como el establecimiento de encadenamientos productivos.
En cuanto a la primera, se atiende la urgencia de mejorar las cosechas de familias afectadas por la sequía, que son, en su mayoría, labriegos de subsistencia, con el restablecimiento de 29 sistemas de regadíos en 3 mil 300 hectáreas de 10 localidades.
El refuerzo a la presencia de los delegados del MAGA en las comunidades es el segundo punto de trabajo, el cual será crucial para que las familias tengan asesoría y acompañamiento cercano, logren ser más productivas con la aplicación de nuevas técnicas y cambios de conducta, y que estén más seguras en su alimentación y nutrición.
Las normas sanitarias y fitosanitarias son requerimientos que posibilitan la apertura de mercados para la generación agropecuaria nacional, lo cual coadyuvará al progreso de quienes la ejercen y crean plazas de trabajo.
Por último, la construcción de vínculos cooperativos y comerciales entre intereses complementarios es fundamental para superar los ingresos y consolidar emprendimientos.
Es positivo que se haya dotado al país de un mapa con las rutas a seguir para contribuir en el desarrollo rural, para establecer las metas por alcanzar y que servirá de base para evaluar el impacto de las intervenciones. Este, por otro lado, será una responsabilidad compartida, a partir de que la formulación del Plan Agrícola 2016-2020 se llevó a cabo con la participación y consenso de entidades nacionales e internacionales, lo cual es un aporte importante para su legitimidad, y augura buenos resultados.
A esto se suma que el proyecto incluye una agenda de acciones que los Organismos Ejecutivo y Legislativo deberán cumplir, con el objetivo de lograr el progreso de la población campesina, la más relegada del país.
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