Anticiparse a los efectos de una emergencia motivada por la naturaleza es preciso para evitar consecuencias como las que en años anteriores han ocurrido en el país, el cual es vulnerable a los sismos, inundaciones y los derrumbes causados por el invierno.
Dada la inminente llegada de las lluvias y el descontrol de estas por el cambio climático, el Gobierno anunció que está preparado para actuar, y ya puso en marcha un plan que permitirá prevenir y asistir a las familias que podrían resultar damnificadas durante la temporada que se iniciaría entre esta y la próxima semana, según los pronósticos del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología.
Entre las acciones se mencionan el monitoreo permanente en los puntos de alto riesgo en los departamentos y los asentamientos humanos de la capital, así como el mantenimiento en los ríos y puentes, la provisión de insumos en las bodegas y la gestión de más presupuesto para la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), con el fin de garantizar una eventual asistencia humanitaria.
El Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, el cual forma parte de la Conred, ha puesto en marcha un plan estratégico de dragado en nueve afluentes, con el objeto de evitar inundaciones en las comunidades y daños en las estructuras viales.
La cartera de la Defensa Nacional, por su parte, está presta para atender emergencias mediante la infraestructura con la que cuenta el Cuerpo de Ingenieros del Ejército.
Es positivo anticiparse a los efectos del invierno y no esperar a que comiencen a hacer estragos para actuar, pues cada vez el cambio climático genera desastres más severos. Por ello, se aplaude la iniciativa de la Conred y de todas las dependencias que la integran, las cuales cierran filas para actuar como corresponde.
La invitación es para la ciudadanía, para que atienda los llamados y advertencias de las autoridades en caso de que sea necesario desalojar sus viviendas si están en lugares de alto riesgo; por ejemplo, en la cercanía de los ríos, laderas u otras áreas vulnerables a las inundaciones o los deslizamientos.
Es preciso, además, que las comunidades se organicen y se comuniquen con las respectivas Coordinadoras en sus lugares, como la Local, Municipal y Departamental para la Reducción de Desastres, pues de esta manera se minimizarán las adversidades.
Se debe recordar y poner en práctica el conocido sabio refrán: “Es mejor prevenir que lamentar”, y no permitir que ocurran más desgracias y pérdidas de vidas humanas y materiales.
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