María Isabel Sánchez, AFP
Los dominicanos votan este domingo con lentitud y dificultades en las mesas electorales, en unos comicios generales en los que Danilo Medina figura como favorito para ser reelegido presidente de este país caribeño de pujante economía aunque afectado por la desigualdad social.
“Madrugué porque tengo que trabajar y las urnas no abrieron temprano. Yo quiero votar y no he podido”, afirmó Mireya de la Cruz, una trabajadora del sector turismo, en la fila en un colegio elctoral del norte de Santo Domino.
Largas filas se formaban en centros de votación que abrieron hasta dos horas después de que las autoridades declararan abierta la jornada a las 06:00 locales (4:00 hora de Guatemala), por problemas con los equipos electrónicos de registro de huellas dactilares y una renuncia masiva de auxiliares.
“No menos de 3 mil asistentes técnicos presentaron su dimisión y debimos sustituirlos en la madrugada. Estamos enfrentando problemas de la impuntualidad caribeña”, dijo el presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario.
El funcionario aseguró que hubo mesas electorales que pasaron al sufragio manual ante los problemas técnicos de la votación electrónica, que por primera vez se utiliza en este país y al cual se habían opuesto partidos políticos de oposición.
“Estamos superando estos problemas que son normales, con optimismo puedo decir que la jornada va bien y podríamos tener una votación récord”, expresó Rosario, al estimar en un 9 por ciento la concurrencia de los electores en la mitad de la mañana.
Un total de 6.7 millones de electores están convocados para elegir presidente, 32 senadores, 190 diputados y autoridades municipales.
Con la oposición debilitada y dividida, la disputa presidencial, según las encuestas, parece definida a favor de la reelección de Medina en primera vuelta, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD, centro), en el poder desde hace 12 años.
Pero su principal adversario, Luis Abinader, del socialdemócrata Partido Revolucionario Moderno (PRM), que salió de la fractura del otrora poderoso Revolucionario Dominicano (PRD), apuesta porque Medina no logre el 50 por ciento más uno de los votos y poder ir a segunda ronda.
En un país que ha vivido historias traumáticas con la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961), intervenciones de Estados Unidos y perpetuaciones en el poder (Joaquín Balaguer), la hegemonía que está consolidando el PLD preocupa a algunos sectores.
“Lo que hay es un partido hegemónico. Si esto sigue así, podríamos tener un sistema de partido único. El desafío de la oposición es cambiar eso”, afirmó la analista Rosario Espinal, de Temple University.
Medina, un economista y estratega político de 64 años, ganó en 2012 para un período de cuatro años sin opción a reelección inmediata, pero en 2015 impulsó una reforma constitucional que le permitió buscar un segundo mandato, tras acuerdos políticos con opositores.
Medina, considerado el presidente más popular de América Latina por la consultora mexicana Mitofsky, tiene a su favor el dinamismo de este país turístico -el PIB creció 7 por ciento en 2015- y un estilo de gobernar cercano a la gente.
“Voy a votar por Danilo porque ha trabajado por el país, va a ganar porque la gente lo sigue”, afirmó Domingo de la Rosa, trabajador de una empresa azucarera de La Romana, sureste del país.
Pero los críticos le señalan el aumento de la inseguridad ciudadana y la desigualdad social, pues pese al crecimiento económico la pobreza golpea a 40 por ciento de los 10 millones de dominicanos y el desempleo al 14 por ciento de la fuerza laboral.
Según la oenegé británica Oxfam, el 20 por ciento de los dominicano más pobres no reciben ni el 5 por ciento de las riquezas del país, mientras que el 20 por ciento de los más ricos se beneficia del 50.
“Todo está caro, el combustible, la comida. Tenemos mucha pobreza y hay poco empleo”, comentó William Mercedes, obrero agrícola de 50 años de la provincia nororiental El Seibo.
Medina asegura que en un segundo mandato creará miles de empleos, reforzará sus programas sociales, y gobernará con mayor transparencia.
“Él no es un reformista de corazón, y evitará cualquier reforma que erosione la base de apoyo del PLD”, según el centro de análisis Eurasia Group, con sede en Nueva York.
Abinader, un adinerado empresario de 48 años, promete austeridad en el gasto público, y mejorar la seguridad ciudadana y la calidad de vida de los dominicanos.
“Nadie quiere arriesgarse a separarse de esa mayoría conservadora de los estratos sobre todo superiores de la sociedad dominicana”, aseguró el politólogo Rafael Toribio Domínguez.
Un aproximado de 3 mil0 observadores nacionales e internacionales siguen las elecciones, vigiladas por 60 mil efectivos militares y policías. Los 16 mil 67 colegios electorales cerrarán a las 18:00 (4 de la tarde, tiempo de Guatemala).
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