Por ser una de las regiones más violentas se debe contar con mejores sistemas de estadísticas de homicidios.
Laura Jaitman, del Banco Interamericano de Desarrollo realizó un estudio denominado Los costos del crimen y la violencia en el bienestar en América Latina y el Caribe, en el cual expone la situación actual de los sistemas estadísticos sobre la delincuencia. Jaitman define que un sistema de estadísticas idóneo debe ser eficiente en la recopilación, análisis y difusión de la información sobre la delincuencia. A ello podemos sumar, lo que especifica el Manual para la Elaboración de un Sistema de Estadísticas sobre Justicia Penal de la ONU, que se resume en cuatro puntos: el sistema debe estar orientado hacia el usuario; ser planificado y gestionado de manera efectiva; articular con claridad el alcance y el contenido; y mantener la neutralidad política y la objetividad.
Sobre la cifra negra o subregistro, es un factor que se ha complicado año con año, porque aparte de las instituciones que tradicionalmente se han dedicado a registrar las muertes violentas, existen otras que llevan sus propias recolecciones, lo que ha provocado que se cree desconfianza hacia los datos oficiales. Por ello, es necesario que exista una combinación de estadísticas administrativas e indicadores basados en encuestas, como la encuesta de victimización y las encuestas de autoreporte de delitos.
En Guatemala, como ocurre en los demás países de la región, hay retos que vencer para que el sistema de estadísticas alcance un nivel aceptable. En primer lugar, procurar una homologación de criterios, metodologías y estándares entre instituciones que registran delitos; segundo, las estadísticas deben ser públicas y actualizadas con regularidad; tercero, se podría evitar que las subcategorías de clasificación sean muy amplias para que esto no dificulte el registro de los datos, es decir, apartarse de realizar numerosas subdivisiones de un mismo delito; es necesaria la creación de instrumentos de recopilación de datos más precisos, esto debe trabajarse paralelo a la constante capacitación del personal que esté a cargo de realizar los registros.
Por ser una de las regiones más violentas del mundo, América Latina y el Caribe debería contar con los mejores sistemas de recopilación de hechos contra la vida; obviamente, las condiciones de desarrollo obligan a que las finanzas se orienten a otras necesidades.
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