Cuidadanía

Sí, leyó usted bien. “Cuidadanía” es una expresión que ha comenzado a utilizarse en referencia al derecho humano de toda persona a ser cuidada y la obligación de toda persona de proveer el cuidado. Se considera el derecho al cuidado como un derecho universal, en la convicción que solo en la medida en que se incluya como tal (tanto para quienes deben ser cuidados como para quienes deben o quieren cuidar) se logrará un avance real en términos del reconocimiento de un tema que hasta hace muy poco ha sido invisibilizado y en términos de calidad de vida ciudadana. 

El debate atañe a la igualdad de derechos y a la forma en que la desigualdad atrapa a las mujeres, dificultando la conciliación entre lo público y lo privado, entre las responsabilidades productivas y las reproductivas, ya que tradicionalmente ha existido desigualdad en el tratamiento de la responsabilidad social del cuidado, atribuyéndola casi exclusivamente a las mujeres. 

Es esta una nueva cuestión social que coloca el problema del cuidado y quién lo ejerce como un tema de ejercicio de derechos, cuando estos están acordados, o en caso contrario, de disminución de desigualdades, como condición de una política pública. No se trata solamente de definir quién es el “sujeto beneficiario o receptor” de una política de cuidado, sino como un principio relativo a la igualdad de oportunidades y de trato. 

Existen sujetos obligados a proveer el cuidado, desde los integrantes de la pareja para con sus hijos e hijas, o de estos para con sus progenitores, pero también es el Estado o los particulares quienes están obligados a proveer el cuidado, cada uno en su esfera de competencia. 

En esa dirección se encuentra la idea de incorporar la exigibilidad de una oferta de cuidado por parte de los Estados y los empleadores –por ejemplo, creando centros de cuidado infantil diario, a los que tanto trabajadores como trabajadoras puedan llevar a sus hijos o hijas mientras laboran, o establecer permisos por paternidad para los trabajadores– como la posibilidad de que hombres y mujeres compartan las tareas de cuidado, posibilitando a ambos una mayor participación en la vida ciudadana y particularmente en la vida política.