Un grupo de científicos anunció que descubrió un trío de planetas de tipo terrestre a 39 años luz de distancia, y que constituyen como la mejor opción para encontrar vida fuera del Sistema Solar.
Se trata de astros del tamaño similar a la Tierra, potencialmente habitables y que “abren por primera vez esperanzas de encontrar trazas químicas de vida fuera del Sistema Solar”, dijo el astrofísico Michael Gillon, de la universidad belga de Lieja y miembro del equipo que realizó la investigación.
Los cuerpos orbitan alrededor de una estrella enana fría. Uno de ellos es comparable en tamaño y temperatura con la Tierra y los otros dos con Venus, reporta un informe de los científicos publicado en la revista británica Nature.
Comentario
La distancia con nuestro mundo permite además que, con la tecnología actual, pueda estudiarse la atmósfera en pos de trazas químicas de vida.
“Nuestro descubrimiento abre un nuevo terreno de cacería alrededor de estas pequeñas estrellas”, dijo Gillon, quien explicó que a la escala de la galaxia implica miles de millones de lugares adicionales en los que la vida podría haberse desarrollado.
Hasta ahora se ignoraba que planetas rocosos y del tipo terrestre podían orbitar estrellas enanas y la búsqueda estaba limitada a astros de tipo solar.
El astro que los expertos definen como similar a nuestro planeta está a una distancia de la estrella que admite teóricamente que su clima tenga la existencia de agua líquida en la superficie, que es el paso previo para el desarrollo eventual de formas de vida como las que conocemos.
Más detalles
Respecto a los otros dos, son muy cálidos, pero podrían tener sectores habitables con temperaturas más bajas, para permitir la existencia de agua líquida y quizás de vida.
El descubrimiento fue realizado por un telescopio de 60 centímetros en el observatorio chileno de La Silla, bautizado TRAPPIST, por la sigla en inglés de Pequeño Telescopio de Planetas y Planetoides en Tránsito (paso frente al disco de una estrella).
“Si bien la temperatura teórica y su tamaño abren expectativas, habrá que esperar hasta conocer con exactitud las masas (de las que dependen las fuerzas gravitacionales y la capacidad de retener gases) y las características de sus atmósferas, si las tienen, para saber si son realmente propicios para que se desarrollen formas de vida”, agregó Gillon.
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