…era de solicitar la expulsión del Congreso, de ese diputado imprudente, abusivo, discriminador y grosero.
A pesar de las circunstancias de desgaste político que conlleva dirigir la Administración Pública después de un proceso abierto y democrático, sumado a eso, la crisis que Guatemala vivió en 2015, el presidente Jimmy Morales decidió poner las cosas en su lugar con aquellos políticos que han querido mantener las redes de corrupción, tráfico de influencias y clientelismo, adelantando que no se trata de una intromisión, sino una correcta y puntual solicitud.
Para la ciudadanía la petición del mandatario se quedó corta, según lo manifestado en sondeos radiofónicos de una emisora, era de solicitar la expulsión del Congreso de ese diputado imprudente, abusivo, discriminador y grosero en el uso de sus epítetos de una mente corrompida por los vicios del pasado, que no quieren salir del escenario político a pesar del clamor popular.
El pulso político entre el Ejecutivo y Legislativo se evidenció desde el principio. En aquel momento en que el Presidente hizo pública su opinión sobre los tránsfugas y el refugio que buscaron para hacer una bancada mayoritaria, las batallas se han mantenido y los desacuerdos han sido obvios, situación normal en los gobiernos electos, cuya oposición tiene sus límites marcados, dentro del marco de respeto, ética y moral, para el beneficio nacional.
La imagen que tiene el Congreso de la República, para hablar de la depuración, que si recuerdan quedó pendiente en la lista del clamor popular de la Plaza de la Constitución., es que al inicio revelaron la cantidad de plazas y salarios, pero por más actos de transparencia que quiera hacer el presidente de ese Organismo, no logra levantar simpatía popular, al contrario, una sola acción impopular y todo lo bueno se desploma.
Ahora resulta que el chivo expiatorio de esa rivalidad política y la necedad de mantener la corrupción son los gobernadores departamentales, aquellos personajes que desde 1985 ellos, los diputados son los que incidieron para colocar a sus testaferros, manipularon el aporte constitucional con empresas de papel, condicionando, en algunos casos, a los alcaldes municipales, de repente también a representantes de organizaciones nombradas en los Consejos
Departamentales de Desarrollo.
Con todo lo que está pasando en el tema de gobernadores diputados, nos permite pensar que el cuestionamiento y oposición a esos nombramientos, vino de la 9a. Avenida. Ha sido tanta la actitud nefasta de los diputados que ya se ganaron una denuncia ante el Ministerio Público y que los podría llevar al antejuicio, que por cierto, lo tienen merecido.
El espaldarazo de confianza que el mandatario dio a los gobernadores y funcionarios, hace crecer la confianza institucional y advierte a los malos diputados que pretenden seguir con los vicios del pasado, que en la actual administración pública no podrán penetrar con sus viciadas y desgastadas argucias que el pueblo rechaza.
Deja un comentario