Debido a que en abril la mayoría de cosechas terminan de ser recolectadas en el país, el tipo de cambio seguirá subiendo, dice un informe de la Facultad de Economía, de la Universidad Francisco Marroquín.
Sin embargo, un factor elemental que afecta esta variable son las remesas, cuyo ingreso en enero y febrero se incrementó 18 y 29, respectivamente. Por lo tanto, se esperaría un alza en el tipo de cambio puesto que el comercio exterior tiende a disminuir en abril, el cual no sería significativo porque se prevé que las remesas seguirán aumentando, explicó Estefanía Luján, investigadora de dicha casa de estudios superiores.
En términos brutos, el efecto de esta variable sobre la recaudación de comercio exterior en los 2 primeros meses del año fue de Q3 millones 737 mil, según registros de la Superintendencia de Administración Tributaria.
Oferta y demanda
De acuerdo con información del Banco de Guatemala, el tipo de cambio es flexible y responde a las fluctuaciones de la oferta y demanda de divisas, congruente con el esquema de metas explícitas de inflación. Es decir, si hay sobre oferta este indicador se aprecia y a la inversa, si hay mayor demanda que oferta el tipo de cambio se deprecia.
“Hasta antes del 16 de agosto de 1989 las tasas de interés bancario y financiero eran controladas y fijadas por la banca central y además, hasta el 3 de noviembre del mismo año el tipo de cambio era fijo”, recordó Édgar Balsells, jefe del área Socioeconómica, del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Agregó que después pegó un súbito salto de 250 por ciento deslizándose hasta alcanzar hoy un rango de Q7.65-Q8 por US $1.
Por su lado, Fanny D. Estrada, directora de Competitividad, de la Asociación Guatemalteca de Exportadores, dijo que un tipo de cambio sobrevaluado, como resultado de la apreciación de la moneda afecta negativamente, en el mediano y largo plazo, a la economía.
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