La justicia en la economía planteada por los grandes pensadores como la redistribución de la riqueza equitativamente a la población.
Podríamos hacer una reflexión sobre la ética y la moral, citar a los autores clásicos a cerca de la distribución de la riqueza, pero a pesar que tiene mucho de ese contenido, este espacio está dirigido a reflexionar sobre nuestra tarea ciudadana. El problema no es el dinero, sino el cómo se obtiene, el para qué y con quiénes se relaciona.
Aún hay prácticas perversas facilitadas por la misma ley, la creación de sociedades anónimas y el secreto bancario por ejemplo. El problema no es que sea ilegal, sino que facilita la evasión fiscal en un país donde la recaudación anual disminuye y nos mantenemos a flote a razón del crecimiento de la deuda, con consecuencias devastadoras para los ciudadanos y el país.
El secreto bancario, si bien es cierto no debería ser exclusivamente para vigilar si se pagan impuestos o no, debería ser monitoreado para garantizar la seguridad de la nación y un aliado contra la corrupción. Noticias como los “Papeles de Panamá” nos hacen reflexionar como ciudadanos lo que es correcto, ético y las diferentes realidades económicas del país. No ocultaré los sentimientos encontrados al observar que Guatemala es el número seis, en un ranking de países que más utiliza las offshore o empresas fuera de plaza, dentro de una lista de países del primer mundo. Sí, Guatemala por primera vez en un ranking comparándose con países del primer mundo, pero no de la manera que a todos nos gustaría.
Más allá de esa gráfica, la reflexión es analizar de ese porcentaje cuáles recursos provenien de fuentes ilícitas, como narcotráfico, cuánto es producto de evasión fiscal y cuánto de inversiones en el marco de ley. El tema no es generalizar ni cuestionar a quienes utilizan el offshore para sus fines particulares, ejerciendo su libertad económica, el tema es que el propósito principal de estas entidades es maniobrar para perder el rastro de propiedades y de dinero en paraísos fiscales.
Esta actividad económica, llamada fuga de capitales, es preferida por quienes poseen recursos de orígenes dudosos y este mecanismo les permite lavar el dinero. La fuga de capital puede tener muchas razones, pero muy pocas de ellas con visión de construir país, y de eso estoy muy decepcionada. Aún tengo dudas si esta filtración es tráfico de datos que viola la privacidad o simplemente es el anuncio del fin de esta cuestionada práctica aún legal. El tráfico de datos personales es un tema que no deberíamos perder de vista en este debate. Estamos de acuerdo que se necesitan escuelas, infraestructura, fortalecer la justicia y seguridad, pero pocos contribuyen a ese esfuerzo.
Ese capital podría ser bien invertido en filantropía de la nueva generación o en impactos pequeños en nuestras comunidades cambiándoles la vida a unas cuantas personas, eso es lo que vale y perdura. Guatemala necesita ciudadanos responsables que contribuyan fiscalmente, es un deber para construir nación, al menos yo sí quiero vivir en mi país.
Deja un comentario