Entre los indicadores que lastran el Índice de Desarrollo Humano en Guatemala, son especialmente alarmantes los de salud, que resumen falencias históricas en la organización estatal y reflejan de manera dramática la situación en la que se encuentra el país.
La administración gubernamental definió desde sus comienzos que la atención a los servicios educativos sería importante y que buscar soluciones a los problemas del sistema salubrista es urgente.
La tarea ha sido muy difícil. Las autoridades han tenido que solventar grandes limitaciones de financiamiento, las cuales han derivado en desabastecimiento, huelgas y cierres de áreas de atención.
No obstante, asumiendo las prioridades establecidas por la Presidencia, la gestión y el traslado de fondos para la prevención, curación y emergencias se ha logrado, y ya no hay paros laborales. Entre los recursos a los que se ha accedido es pertinente mencionar aportes de la cooperación internacional.
En este sentido, el mandatario Jimmy Morales aseguró que al asumir la conducción del país, el sistema de salud estaba dotado de lo necesario en 40 por ciento, y que a la fecha se ha conseguido elevar el indicador a 75 puntos porcentuales.
Este hecho ha requerido de la coordinación de acciones de todas las dependencias del Ejecutivo, en relación con la contención del gasto. Al respecto, el gobernante resaltó la gestión del titular del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), José Alfonso Cabrera, al igual que el vicepresidente.
Este apoyo llega en un contexto en el que el Gabinete Específico de Desarrollo Social y expertos internacionales analizan una propuesta de reforma al sector salud, presentada por Cabrera, lo cual significaría un cambio estructural a la forma en que la administración pública atiende el tema.
Es innegable que faltan muchas áreas por mejorar para dignificar a la ciudadanía con prestaciones adecuadas, como es indispensable entender que para ello debe trabajarse en un panorama más complejo y amplio, como demuestran las acciones gubernamentales.
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