Los presidentes Barack Obama y Raúl Castro celebraron ayer un nuevo día en la relación de Estados Unidos y Cuba, y se comprometieron a limar las diferencias que por 54 años enfrentaron a los 2 países.
En conferencia de prensa conjunta, que tuvo momentos de tensión cuando un periodista interrogó al gobernante caribeño sobre la existencia de presos políticos en la isla, el mandatario declaró: “Debemos aceptar y respetar las diferencias y no hacer de ellas el centro de nuestra relación”.
El jefe de la Casa Blanca prometió que el destino de la Perla de las Antillas no será decidido por Estados Unidos ni ninguna otra nación.
Los jefes de Estado se reunieron durante no menos de dos horas en el emblemático Palacio de la Revolución, en un encuentro en el cual abordaron los temas sensibles para sus dos países, entre estos el embargo de Estados Unidos y los derechos humanos en la isla comunista.
Obama, de 54 años, viajó a la isla caribeña junto a su esposa, Michelle, y sus hijas, Sasha y Malia, para una visita de 3 días, la primera de un presidente estadounidense en 88 años.
El dirigente cubano, de 84 años, fue interrogado al día siguiente de la detención, por unas horas, de opositores que protestaban contra el Gobierno comunista horas antes de la llegada del gobernante norteamericano, quien aseguró que el embargo, vigente desde 1962, que solo lo puede eliminar el Congreso de mayoría republicana, “va a terminar, lo que no sabemos es cuándo”.
Para hoy, el jefe de la Casa Blanca tiene previsto reunirse con opositores en la sede de la embajada estadounidense.
Un sondeo publicado por el diario The New York Times y la red televisiva CBS indica que 58 por ciento de los estadounidenses está de acuerdo con el restablecimiento de relaciones con Cuba y el 52 aprueba la forma en que se ha conducido el acercamiento.
Anteriormente, los 2 jefes de Estado se reunieron en abril de 2015 en el marco de la Cumbre de las Américas, en Panamá, y 5 meses después en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
Kerry se reúne con las FARC
Durante la jornada de ayer, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se reunió por separado con los negociadores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno del país sudamericano, que intentan alcanzar un acuerdo para acabar con más de medio siglo de enfrentamiento armado.
En la actualidad, las dos partes no han logrado definir una nueva fecha para la firma de la paz, la cual estaba previsto para el 27 de marzo. Los alzados prevén que se haga realidad antes de que concluya el presente año, pero antes deben concluir con la agenda reconciliadora.
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