El Gobierno coordina con las instituciones del Estado las acciones para reducir la desnutrición crónica en 4 departamentos con mayores índices de este mal, según la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan).
La meta propuesta por el presidente Jimmy Morales es que durante su gestión ese flagelo disminuya el 10 por ciento. Para ello se priorizan Huehuetenango, Quiché, Alta Verapaz y Chiquimula, donde esa dolencia continúa con una tasa del 48 por ciento, y ya están focalizadas las intervenciones, explicó German González, titular de la Sesan.
Cumplido el trabajo en esos lugares, las acciones se trasladarán a Totonicapán, San Marcos y Sololá. Un aspecto clave es la reactivación de todas las Comisiones Municipales de Seguridad Alimentaria y Nutricional, de las cuales 130 están vigentes y 210 pendientes.
De acuerdo con el funcionario, el trabajo está contemplado en la Estrategia Nacional para la Prevención de la Desnutrición Crónica 2016-2020.
El mandatario ha pedido que los programas sean continuos en el ámbito nacional, aplicando las lecciones aprendidas y efectuando los ajustes necesarios para que el esfuerzo sea exitoso en otras regiones y asegurar las cifras de reducción en los próximo años.
Hambre estacional
Ante la posibilidad de que la escasez de lluvia impacte negativamente este año en las cosechas de los campesinos, el vicepresidente Jafeth Cabrera dijo: “Las previsiones meteorológicas alertan sobre un posible retraso del invierno, por eso trabajamos en el establecimiento del Plan Nacional del Hambre Estacional 2016 para adelantarnos a las eventualidades”.
La iniciativa busca establecer los daños en la población vulnerable a la inseguridad alimentaria y definir estrategias para atenderla.
Avances
En lo que va del año, el Gobierno, con el aporte de la cooperación, ha llevado asistencia alimentaria a 35 mil 644 familias afectadas por la canícula prolongada. En total se han entregado 725.94 toneladas métricas de comida.
Entre otras cifras, los favorecidos han recibido 15 mil 41 raciones complementarias, mediante la iniciativa Mi Comidita, equivalentes a 59.4 toneladas. Las familias están ubicadas en el Corredor seco y el occidente.
“El trabajo es difícil, pero positivo para los núcleos necesitados. Se atenderá la agricultura familiar, la educación alimentaria y nutricional”, agregó el secretario.
La dotación de agua y saneamiento ambiental son claves para prevenir enfermedades, aspectos en los cuales deben involucrarse las municipalidades, dijo González, y recalcó la necesidad del compromiso de las autoridades ediles.
Programas integrales
Álvaro Caballeros, investigador del Instituto de Estudios Interétnicos de la Universidad de San Carlos, indicó que es positivo que el tema de la desnutrición crónica se aborde de manera integral, lo cual es compartido por las organizaciones campesinas que consideran que el asistencialismo no cumple el cometido planteado.
El experto también considera necesario que las municipalidades impulsen programas de apoyo a la agricultura, y que los frutos de estas actividades se lleven a los mercados, aprovechando la reactivación de los caminos.
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