Tener el apoyo de los gobiernos para dar soporte a los planes de trabajo esbozados fue una de las principales conclusiones.
Del 24 al 26 de febrero se llevó a cabo en nuestro país la II Cumbre de la Roya, en la que no menos de 250 representantes de instituciones oficiales y comerciales relacionadas con la caficultura en Centroamérica y República Dominicana, se reunieron para buscar soluciones integrales a la crisis que actualmente se experimenta.
Entre las conclusiones, se reforzó la necesidad de contar con el apoyo de los gobiernos para dar soporte a los planes de trabajo que allí se esbozaron. Sin embargo, sorprendió a la audiencia internacional, la ausencia de nuestro Ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación. Es difícil transmitir la idea de que el país, siendo el líder y anfitrión de la actividad, está comprometido con el combate de la roya cuando la máxima autoridad del Consejo de Política Cafetera no hace presencia en actividades de esta envergadura.
Aun así, confiamos en que las autoridades se involucrarán activamente en las soluciones propuestas, ya que sin su respaldo y compromiso es difícil generar espectativas de desarrollo para el sector cafetero nacional y regional. En su discurso de cierre, Alejandro Keller, vicepresidente de la Asociación Nacional del Café (Anacafé), enfatizó la importancia de fortalecer las instituciones cafetaleras de la región y mejorar la comunicación entre los sectores agrícola, industrial y consumidor, para que todos tengamos una mejor comprensión de la situción y desarrollemos juntos una cadena de suministro sostenible. En esta línea, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Unión Europea (UE) anunciaron el lanzamiento del “Programa Centroamericano de Gestión Integral del Manejo de la Roya del Café”, que tendrá una asignación de 16.5 millones de euros y espera fortalecer la institucionalidad sectorial, en políticas y en investigación aplicada. Otra de las necesidades urgentes planteadas, fue la renovación de parques cafeteros con variedades más productivas y resistentes al hongo. Entre los retos en este sentido, el más crítico sigue siendo el financiamiento.
El último día fue dedicado a presentaciones de entidades financieras y, aunque todos coinciden en su importancia y en la necesidad de apoyar a pequeños productores, quienes tienen menor acceso a la banca formal, la sensación en el ambiente es que no hay aún mecanismos claros para ese soporte. El acceso a capital de trabajo sigue siendo el bastión que podría soportar la estabilización de la caficultura regional, que en este momento tiene una incidencia de roya del 70 por ciento. Sin embargo, es el más difícil de obtener, considerando la informalidad en términos económicos con la que opera el sector en el ámbito de los productores de bajo volumen.
Concluyo con una frase del señor Keller que resume bien el camino para recuperar la relevancia económica del café: “sin financiamiento y sin políticas del Estado, no puede mejorar la capacidad productiva de los países”.
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