Una respuesta firme y visible de los sistemas de salud transmite a la sociedad, que la violencia es inaceptable.
La violencia contra la mujer es un problema de salud pública y de derechos humanos en el que se muestra la desigualdad de género que existe en la sociedad. En la región de las Américas una de cada tres mujeres es víctima de violencia física, sexual o emocional, ocasionando en sus sobrevivientes lesiones físicas, embarazo no deseado, aborto, infecciones de transmisión sexual y diversas consecuencias negativas en materia de salud mental.
Para las mujeres en muchas partes del mundo, la violencia es una de las principales causas de lesiones y discapacidad y un factor de riesgo de sufrir otros problemas de salud física, mental, sexual y reproductiva. Tiene consecuencias a largo plazo para estas mujeres y sus hijos, así como costos sociales y económicos para toda la sociedad. Los ministros y las ministras de salud de 38 Estados integrantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aprobaron por unanimidad la estrategia y plan de acción sobre el fortalecimiento del sistema de salud para abordar la violencia contra la mujer, 2015-2025, durante el 54o. Consejo Directivo y la 67a. sesión del Comité Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en octubre de 2015, convirtiéndose en la primera región de la OMS que refrendaron un marco de acción sobre la violencia contra la mujer.
Nos proponemos acciones estratégicas para abordar este fenómeno a partir del fortalecimiento de la capacidad de los sistemas y servicios de salud para prestar atención y apoyos eficaces a las mujeres que son víctimas de la violencia por parte de la pareja o que han sufrido violencia sexual a manos de un tercero, lo primordial es la atención a las necesidades inmediatas de las sobrevivientes que responda a sus necesidades físicas, emocionales, de seguridad y de apoyo.
Una respuesta firme y visible de los sistemas de salud transmite a la sociedad el mensaje, que la violencia es inaceptable, por lo que la reducción y eliminación a largo plazo de este flagelo depende sobre todo de la prevención.
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