El hogar es el primer lugar donde se fomenta la prevención de la violencia y de forma complementaria, en los primeros años de formación escolar.
Con anterioridad se ha expuesto sobre la importancia de fomentar la convivencia pacífica desde los primeros años de vida de una persona, para obtener resultados positivos a largo plazo. Es imprescindible recordar que esta base de prevención nace en el seno de la familia, siendo el primero y principal espacio que influye en la personalidad de los individuos.
El segundo ámbito, donde las personas deben notar esos principios de convivencia y una cultura de paz, es en las aulas. No obstante, la realidad es otra, y me atrevo a pensar que la mayoría que ahora somos adultos sufrimos, en más de una ocasión, hechos de violencia por parte de nuestros compañeros de estudio y por nuestros profesores. Hoy la situación no ha cambiado, al contrario, pareciera que se complica.
En 2014, el Ministerio de Educación, llevó a cabo la I Encuesta Nacional sobre Violencia y Clima Escolar. Para la realización de este instrumento, se contó con los resultados de 728 centros educativos, teniendo como alcance los tipos de violencia y el clima escolar que se presenta en los establecimientos de enseñanza, tanto los que se ubican en poblaciones urbanas como en rurales.
Entre los hallazgos más destacados, se define que los niños están más expuestos a la victimización en comparación con las niñas, no obstante, también son los que cometen agresiones con más frecuencia. En cuanto al tipo de violencia, la más cometida es la emocional, seguida de la verbal y la física.
En relación al lugar donde se concentra la violencia, en el caso del Nivel de Educación Primaria, el acoso escolar se percibió en mayor medida en el departamento de Santa Rosa, seguido por la ciudad capital y en tercer lugar el departamento de Guatemala. Casos contrarios fueron los que presentaron Retalhuleu, Totonicapán y San Marcos, donde el acoso escolar se presentó en menor nivel.
En el ámbito nacional, los casos de violencia escolar se presentan con más frecuencia en la ciudad de Guatemala, el departamento de Guatemala y Sacatepéquez; siendo Zacapa, Izabal y Petén los que presentan menos incidentes de esta naturaleza. Los establecimientos ubicados en áreas urbanas sufren mayor violencia, en todas sus manifestaciones, no así los que se encuentran en áreas rurales.
Los datos parecen exponer que donde existe más desarrollo, más violencia se presenta, ¿qué medidas deberían tomar los padres y los centros educativos frente a esta situación?
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