La educación inclusiva identifica y responde a diversas necesidades.
Según la UNESCO, la educación inclusiva es el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades, aun las asociadas a la discapacidad. Traigo esto a colación para destacar una dimensión de Haroldo Rodas poco conocida, como fue ser mentor de Juan Andrés Salvatierra Reyes, un joven con discapacidad, a quien por medio de largas conversaciones y acaso también de momentos de silencio, fue enseñando aspectos relevantes de la historia del arte y de la identidad guatemalteca.
Haroldo le explicó, entre otras cosas, la importancia de documentar los hechos, los estilos arquitectónicos presentes en los templos de la Nueva Guatemala de la Asunción, la historia de las imágenes y así el alumno fue enriqueciendo lo aprendido con la abuela, quien lo había motivado a interesarse por las tradiciones vinculadas al mundo católico, de innegable impronta en nuestra cultura.
El encuentro con Haroldo dio paso a una amistad sui generis, pues rara vez los hijos tienen cercanía con los amigos de los padres y menos de la mamá, como en este caso, lo que fortaleció la relación que había surgido, allá en 1976, cuando algunos estudiantes inquietos de la Escuela de Historia nos involucramos en el rescate del patrimonio cultural, conducidos por la doctora Josefina Alonso de Rodríguez.
Por eso fue causa de particular emoción para Juancho visitar el Museo Fray Francisco Vásquez cuando fue reinaugurado en las catacumbas de San Francisco y ver aquella placa en la que aparecían los nombres de quienes lo fundaron, entre ellos Haroldo, y quien esto escribe. “Juancho sabe que el pequeño museo ocupó inicialmente el espacio de la sacristía, sabe de los conciertos de música coral que se ofrecían y de cómo esa experiencia condujo a algunos a aproximarse a tradiciones franciscanas, como el rezado de la Virgen de Concepción”.
Juancho promueve con su ejemplo el respeto de esta cara de nuestro patrimonio cultural, viviéndolo como lo vivió con su amigo Haroldo, a lo largo de tantas horas compartidas haciendo el nacimiento, escuchando marchas fúnebres o alabados, recorriendo el Centro Histórico, comiendo buñuelos, acompañando los recorridos procesionales. El patrimonio cultural es de todos.
Deja un comentario