Es un buen sitio para que la municipalidad construya ciudadanía y pertenencia en todos sus vecinos.
Es una obra de maquillaje importante. Las personas de más de 30 años que hayan vivido o transitado por el sector tendrán presente cómo el río pestilente y de diferentes colores que ahora corre por debajo se salía de su cauce en el invierno, contaminando los alrededores, así como el olor cotidiano a podredumbre que infectaba el ambiente cercano a múltiples centros educativos.
Si no recuerdo mal, el trabajo de recubrir las aguas negras se efectuó durante la primera década de 2000, o la anterior, pero desde 2012 se han invertido en ese entorno Q6 millones, 31 mil 142, por medio de dos proyectos, cantidad que parece exagerada tomando en cuenta el deterioro que ahora se ve.
Aun así, es un sitio agradable, en todo caso el único de la zona para distraerse, ejercitarse y respirar aire un poco menos contaminado. Por eso es que muchas personas corremos por ahí y en mis incontables vueltas he visto cosas que se deben mejorar. En primer lugar habrá que profundizar en la auditoría social de las obras ejecutadas, para verificar si hubo personal calificado a cargo y si lo gastado corresponde con lo recibido, cosas que como dije, dudo, tomando en cuenta que se ha gastado a razón de aproximadamente Q3 millones por kilómetro y todo se ve improvisado.
Entre lo que podemos hacer de inmediato los ciudadanos, especialmente los usuarios, está responder al llamado de la comuna para donar pintura, con el objetivo de borrar el mal recordado anaranjado y azul con el que plagaron inescrupulosamente todas las edificaciones públicas durante la administración local anterior, y embellecer el Paseo.
A la administración edil se le solicita que gestione la presencia permanente de agentes del orden público, pues siempre hay personas consumiendo o vendiendo drogas donde los alumnos de escuelas y colegios transitan, y además, se sabe que no es una zona segura para estacionar vehículos.
El Paseo de los Campeones es un buen sitio para que la municipalidad construya ciudadanía y pertenencia en sus vecinos por medio de programas cívicos cotidianos, talvez la ciudadanía algún día recupere el afluente sucio que por el momento se hizo invisible y entonces pase de ser una obra cosmética a una iniciativa trascendental.
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