Con esto no estoy justificando al Congreso…
En ocasiones los guatemaltecos nos caracterizamos por presumir nuestro gran corazón, pero creo que en muchas oportunidades tenemos un defecto casi genético. Me refiero a dejarnos llevar por los comentarios de otros y darles credibilidad absoluta.
Considero que todos los chapines deberíamos alegrarnos cuando un vecino tiene la oportunidad de sobresalir de la mayoría, pero a cambio nos da envidia y lo calificamos como NO merecedor de su éxito.
Pero esto se agrava cuando vemos que todo se convierte en un efecto sistemático y nos oponemos a todo y a todos, y por lo general decimos y calificamos nuestro entorno muchas veces con los ojos cerrados y solo porque alguien más lo dijo. Así que nos transformamos en loros amaestrados que repiten solo por repetir y muchas veces sin conocer el significado de nuestros mensajes.
En ocasiones veo con tristeza cómo, en lugar de alzar la voz para denunciar malos salarios, nos dedicamos a decir que fulano o mengano no debería ganar tanto; con esto no estoy justificando al Congreso, que quede claro, simplemente pongo como ejemplo a aquel guatemalteco que debe viajar a Estados Unidos para poder mejorar su economía, pero entonces el vecindario empieza a chismear que seguro el señor tal, se dedicó a cometer actos al margen de la ley para poder mejorar su casa.
Pero cuándo será el momento en que nos alegremos de la victoria ajena. Ese día vamos a dar un paso evolutivo gigantesco que nos permita mejorar nuestra propia existencia; recordemos que al desear el mal a nuestros semejantes únicamente alimentamos ese círculo maligno de maldad, pero si hacemos lo contrario, las buenas noticias llegarán a su debido tiempo.
Además, ese ejemplo que presentamos a las nuevas generaciones los puede marcar de por vida, y en lugar de convertirse en seres proactivos se dedicarán a criticar por criticar; ¿por qué quien trabaja duro no tiene derecho a ganar más que quien no lo hace?
El cambio está en cada quien, pero si usted se alegra de las ventajas de los demás está haciendo lo correcto. Desear las cosas de otras personas sin realizar un esfuerzo laboral es lo mismo que querer robarle al prójimo. Por tanto, si en algún momento quiere obtener algo material trabaje duro para obtenerlo.
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