Los productores estadounidenses de petróleo de esquisto se ven duramente afectados por la caída de los precios y prevén la aceleración de las quiebras en 2016, aunque hasta ahora han mostrado una resistencia sorprendente después de revolucionar el mercado.
Contando con la benevolencia de las autoridades, deseosas de lograr la independencia energética, la industria de EE. UU. comenzó a finales de 2000 a explotar masivamente un tipo poco explorado de yacimientos: el petróleo contenido en las rocas herméticas como los esquistos.
Entre 2010 y 2015, este tipo de crudo pasó de algunos centenares de miles de barriles diarios (bd) a no menos de cuatro millones, representando ahora la mitad de la producción estadounidense de crudo, según estimaciones del Departamento de Energía.
Problema
El problema para esta industria, principalmente para los pequeños productores atraídos por este mineral, es que la explotación implica particularidades como la fracturación hidráulica (fracking) y perforación no vertical sino horizontal, la cual es sumamente costosa.
Esto no era grave en junio de 2014, cuando el crudo alcanzaba los US $100 (Q767) el barril, comenzó a serlo cuando cayó a US $50 (Q383.50) en 2015. Con el reciente hundimiento a los US $30 (Q230.10), la sobrevivencia de las empresas está amenazada.
“Un alza brutal de las quiebras parece inevitable en 2016”, advirtieron expertos del banco VTB, con base en datos del gabinete AlixPartners que constata que los productores estadounidenses de petróleo y gas pierden actualmente US $2 mil millones (Q15 mil 340 millones) por semana.
Cierre de negocios
Según el gabinete de abogados Haynes and Boones, no menos de 40 productores estadounidenses de petróleo y gas quebraron en 2015, con una aceleración en diciembre, previa a la más reciente caída de los precios del crudo.
Un indicador mayor de la actividad petrolera estadounidense, es el número de pozos activos de extracción, el cual es 60 por ciento inferior al de la misma época del año pasado y la caída es todavía más marcada en los yacimientos centrados en el esquisto, como la formación texana de Eagle Ford.
“A menos que los precios se disparen, la actividad de extracción continuará declinando”, advirtió James Williams, personero de la firma WTRG Economics.
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