Me alegro de que para comenzar se llevará a cabo un censo de los servidores públicos.
El informe final de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio es contundente y vergonzoso. Dice, en resumidas cuentas, que la operación del Estado ha sido inútil durante los últimos 8 años en la búsqueda de su objetivo superior, que es el bien común.
Pero exagerando el enfoque positivo de quienes creemos que la transformación es posible, también puede interpretarse que 1 o 2 gobiernos sí pueden hacer cambios importantes, que impacten positivamente. Mas es una realidad que el Estado de Guatemala debe mejorar su forma de operar si se quiere el desarrollo y por tanto, la paz.
En la actualidad no existe, como en otros tiempos, una entidad gubernamental responsable de atender la modernización estatal, y los últimos escándalos de corrupción en la administración pública, con participación de la privada, han dejado ver que se trata de una tarea descomunal, que requiere de sintonía y voluntad del Gobierno, empresarios y sociedad civil. Pero debería existir una agenda y una instancia que la haga cumplir.
Dos temas que tendrían que incluirse en esa hoja de ruta, entre otros, son el financiamiento del Estado y la reforma del servicio público.
Lo que se requiere del Gobierno en general es más eficiencia y transparencia para elevar la moral tributaria y la confianza.
Entonces, está bien comenzar por mejorar la administración pública, que los expertos definen como “el Estado en acción”. Y esto tiene un contenido fundamental porque, por su carácter práctico, tiene que ser estudiada y aportar insumos para el perfeccionamiento de la organización social. Debe conducir a reconocer y a hacer que se respeten los intereses privados y los sociales, que deben complementarse, pero no confundirse.
Por eso, me alegro de que, para comenzar, el Presidente haya anunciado que se llevará a cabo un censo de los servidores públicos, para que al fin sepamos quiénes somos y qué hacemos, y ojalá, al mismo tiempo, sea fortalecida la Fiscalía de Delitos Administrativos, del Ministerio Público.
Este será un gran aporte para el comportamiento eficiente y ético del funcionariado, que contribuirá a su blindaje ante intereses espurios.
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