El presidente ruso, Vladimir Putin, aprobó probablemente el asesinato con polonio del exespía ruso, Alexander Litvinenko en noviembre de 2006 en Londres, afirma una investigación judicial británica, que desató una tormenta entre Londres y Moscú.
La víctima pereció a los 43 años, envenenado con polonio, una sustancia radioactiva, la cual fue puesta en su té en un hotel de Londres por dos agentes rusos, Andrei Lugovoi y Dmitri Kovtun, y tuvo que ser enterrado en un ataúd de plomo para evitar fugas radiactivas.
El Kremlin respondió que la investigación fue sesgada políticamente y que hubo una extremada falta de transparencia, dice un comunicado de Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
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