La baja en la tasa de homicidios en Guatemala es positiva, pero no significativa; nos sentimos inseguros como hace cuatro años al salir a las calles.
En cada inicio de año, son publicadas oficialmente las cifras de violencia que nos afectaron durante el período anterior. En el período presidencial que acaba de finalizar, Guatemala cerró 2012 con 34 homicidios por cada 100 mil habitantes y finalizó 2015 con 30.
La disminución anterior es positiva, pero no significativa, porque la percepción de seguridad ha cambiado poco o nada; es decir, no nos sentimos más seguros que hace cuatro años al salir a las calles o cuando estamos en un lugar público. En relación a esta temática, me llama la atención Ecuador, donde el gobierno logró una reducción de 14 casos en la tasa de homicidios en tan solo cuatro años; en 2011 era de 22 hechos, mientras que en 2014 cerró con 8. Para este logro tuvieron que hacer cambios de 180 grados, duplicando la inversión para seguridad dentro del presupuesto, y sumado trabajar en el acercamiento entre policía y comunidad por medio de una reforma policial con una filosofía distinta. Debido a estos cambios según José Serrano, Ministro del Interior de Ecuador, se recuperaron 600 espacios públicos, y cuentan con 400 nuevas unidades de policía comunitaria, cada una con un promedio de 20 agentes. Se recuperaron vehículos policiales que no funcionaban y se les equipó con tecnología. Dentro de la reforma policial, invirtieron en programas de entrenamiento y capacitaciones; incrementaron los patrullajes a pie y en bicicleta para que la relación policía comunidad fuera más efectiva.
La dignificación del agente policial también es un factor en el que se está trabajando de la mano con la depuración institucional. Esa nación cuenta con una de las policías mejor pagadas en Latinoamérica; un agente podría estar ganando lo equivalente a Q8 mil mensuales, paralelo a la búsqueda de un mejor perfil policial. Asimismo, implementaron una herramienta tecnológica denominada “Sistema David”, la cual les ha permitido a los agentes la ubicación geográfica de incidencia criminal, con el fin de realizar diagnósticos y crear estrategias de prevención más efectivas. Guatemala no tiene imposible la implementación de estos elementos, de hecho, algunos de ellos son parte de la estrategia de seguridad que las nuevas autoridades deben fortalecer.
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