Honduras acciona y en Guatemala se solicitan investigaciones para minimizar trasiego ilegal del producto.
Recientemente, la Asociación de Exportadores de Café de Honduras (Adecafeh), denunció el aumento de la venta no controlada del producto hacia países cercanos, incluyendo Guatemala, México, Nicaragua y El Salvador, situación que afecta a los productores, a la industria, a las instituciones cafetaleras y a las finanzas estatales de esa nación.Estiman la salida de 1 millón de quintales, lo que representa dejar de percibir al menos US $120 millones.
De acuerdo con el Presidente de Adecafeh, las posibles causas son los bajos precios del mercado internacional y los descuentos por impuestos que se hacen al precio interno y que impactan el ingreso final del productor.A esta situación, se suman observaciones internacionales (no oficiales) de incremento de posibles ventas de café guatemalteco y hondureño a México, que debido a la merma en su producción por la roya, debe garantizarse el suministro por vías alternas. En Honduras, el presidente de la Central de Cooperativas Cafetaleras, Dagoberto Suazo, refirió que no todo el grano que sale lo hace por medio de los “puntos ciegos”. Según su perspectiva, una fuerte cantidad sale por las aduanas de manera aparentemente transparente, pero sin cumplir con las obligaciones tributarias. Considerando el impacto económico, la Dirección Policial de Investigación accionará para frenar esta actividad y ya presentó las primeras capturas. Sin embargo, este es un esfuerzo que debe adoptarse de forma regional para incrementar su efectividad.Por otro lado, en Guatemala, la Asociación de Exportadores de Café (ADEC) hizo un llamado a las nuevas autoridades para que de forma urgente frenen esta actividad. Actualmente no existen reportes oficiales del impacto de esto en el país, pero ADEC estima que cerca de 700 mil quintales podrían terminar en México durante esta cosecha. Es importante que nuestras autoridades, quienes entran y quienes continúan, investiguen la veracidad de las denuncias, ya que puede que el costo lo paguemos, no directamente con dinero, sino con reputación.
Es importante que, de confirmarse las alertas, nuestras autoridades definan un plan de acción en conjunto con nuestros vecinos para evitar que este flagelo afecte al país. Es imperativo, además, que nuestras instituciones cafetaleras velen, desde su respectivo ámbito, por evitar que la imagen de la marca país se vea comprometida. Además, de no mantener el valor que estos intangibles (marca y reputación) le añaden al producto, la demanda de nuestros cafés se vería más comprometida, considerando los altos diferenciales a los que se generan negocios en esta cosecha y las altas producciones de al menos 8 millones de sacos que anuncia Honduras y de 14 millones en Colombia. Ha tomado décadas de trabajo posicionar el nombre y la calidad de los Cafés de Guatemala en el mundo, y puede tomar poco para que se vea afectada.
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